La asignatura de Religión en las aulas de la escuela pública en Cataluña cada vez tiene menos alumnos. Así lo reflejan los datos dados por el departamento de Educación de la Generalitat, que según ha publicado ABC, ha pasado de tener al 17% del alumnado en el curso 2017-2018, al 3,1% en el presente curso.
En números absolutos supone que en el curso de 2017 a 2018 eran un total de niños matriculados en religión de 57.330, mientras que ahora el total es de 18.581. El descenso ha sido de 38.749 alumnos en cinco años.
Según recoge el diario conservador, el último Barómetro sobre Religiosidad, de la Dirección de Asuntos Religiosos de la Generalitat, casi la mitad de la sociedad catalana, el 49,2% estaría a favor de que los padres y madres pudieran solicitar la asignatura de religión en las aulas, mientras que un 43,1% considera que no es una materia que debiera ofertarse en las escuelas públicas.
Los profesores de religión creen que la asignatura se boicotea por los centros
Según apunta la información publicada, los profesores de religión en Cataluña consideran que desde los propios centros escolares «se boicotea» la asignatura «con la connivencia de la Inspección educativa». Consideran que el boicot se lleva a cabo no ofreciendo la asignatura a las familias para que sus hijos se matriculen (la ley establece que debe ser obligatorio ofertar la asignatura pero que es de carácter voluntario para el alumnado). Pero además, dicen que algunos padres que eligen la asignatura se encuentran «con trabas» para que sus hijos las cursen y por esta razón acaban no matriculando a sus hijos.
¿Y por qué no se denuncian estos hechos? Según los profesores de religión preguntados por ABC, sería por «miedo a presiones y a perder su trabajo», puesto que no tienen plazas fijas.
Más allá de la publicación de ABC
Más allá de los datos que hoy publica ABC, de manera directa sobre Cataluña, sería interesante conocer cuál es la realidad en todos los territorios del Estado español. Según la información publicada por El País en octubre de 2020, «poco a poco la asignatura de religión pierde terreno en las aulas y observa cómo la clase de actividades alternativas le va ganando el pulso en número de alumnos».
Hace un año, hablando a nivel estatal, el 55,1% de los estudiantes de ESO y el 42,1% de los de primaria, decidieron abandonar el catecismo en las aulas, según el informe de la Fundación Ferrer i Guàrdia. La tendencia durante los últimos años ha sido la misma: cada vez menos alumnos, en todos los territorios en la enseñanza pública (al contrario que en la privada).
El informe apuntaba a que las cifras eran un indicador de la secularización actual de la sociedad española.
Si miramos a este año, en abril de 2021, el Diario.Es publicaba que «la clase de religión católica obtiene el peor dato de matriculación de su historia«. Se refiere a toda España, no sólo a Cataluña.
Se señala en la pieza que «por primera vez el porcentaje de los alumnos que optan por esta materia está a punto de descender de la barrera del 60%, que baja tres puntos desde el año anterior y más de 10 puntos en una década, cuando el porcentaje de estudiantes era del 71%».
Según los datos aportados por la Comisión Episcopal de Educación, en el presente curso 3,2 millones de alumnos españoles han optado por la asignatura de religión católica en centros públicos, privados y concertados. Tres puntos menos que el curso anterior.
Analizando estos datos, cabe preguntarse si el enfoque que hoy ofrece ABC sobre la religión como asignatura en las escuelas catalanas se sostiene, atendiendo a que únicamente presenta «el boicot» como razón de la baja matriculación, cuando observamos, con datos, que es una tendencia general en todo el Estado español.
