El presidente catalán Jordi Pujol ha presentado en la Audiencia Nacional su escrito de defensa, solicitando su libre absolución, al considerar que de lo investigado no hay ningún ilícito penal contra él. “Nunca en el ejercicio de su alta función pública Jordi Pujol i Soley torció su recto y digno ejercicio, sin que resolviera o indujera por influjo a que otros lo hicieran, desoyendo el interés general por motivaciones económicas que favorecieran el interés particular o de sus hijos”, recoge en su escrito de defensa.
El juicio por la herencia del abuelo Florenci se presenta como una defensa de la figura de Jordi Pujol i Soley como presidente de la Generalitat. En el escrito se remarca que su condición política hacía sufrir su padre, que dispuso 140 millones de pesetas gestionadas por Delfí Mateu, primero, y por Joaquim Pujol, primo del ex presidente, después, hasta 1990, cuando coge la custodia el primogénito Jordi Pujol Ferrusola Junior.
Esos fondos familiares, que ascendían a 140 millones de pesetas en dólares y cuya gestión asumió Jordi Pujol Ferrusola en 1990, 10 años después de la muerte del abuelo Florenci, «no guardan relación alguna con la alta función pública» que desempeñó como máximo responsable del Govern.
Concluye que Pujol «no se prestó jamás a desplegar gestiones de invitación, incitación, sugerencia o influjo de prevalimiento sobre autoridades resolventes o funcionarios informantes en interés o la petición de sus hijos o cónyuge», ni ninguno de ellos se dirigió a él en esa dirección.
