Tras la conmemoración del décimo aniversario del fin de ETA se están produciendo reacciones muy polarizadas.
En un primer momento, la noticia del día fue la declaración pública que hizo el dirigente de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, junto con el Secretario General de Sortu, mediante un comunicado donde ponían de manifiesto su pesar por el sufrimiento de las víctimas del terrorismo, haciendo un especial hincapié en las de ETA. Un compromiso público a intentar mitigar el dolor por parte de Otegi que generó una cantidad de reacciones diversas.
De un lado, quienes consideran que esta declaración es fundamental para transitar el camino de paz y diálogo necesario. De otro, quienes consideran que estas palabras en realidad están vacías y carecen de contenido.
En todas las formaciones políticas se han dado, de uno u otro modo, distintos pareceres al respecto. Y en el PSOE, partido de Gobierno, la tensión se ha hecho evidente.
Sobre todo desde que Otegi pusiera sobre la mesa la importancia de los GAL, y concretamente, lo importante que sería, según el líder de la izquierda independentista vasca, para la convivencia, el hecho de que González hablase de su papel en el terrorismo de Estado.
La respuesta a estas palabras no se ha hecho esperar, y el que fuera presidente del Gobierno cuando la justicia investigó y condenó el terrorismo de Estado de los GAL ha manifestado que considera «miserables» las palabras de Otegi, que le señalaban como responsable de la organización.
