José Manuel Villarejo afirma que ha tenido y tiene amigos homosexuales, respondiendo a una pregunta del diputado del PP Luis Santamaría sobre un supuesto negocio de prostíbulos del suegro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la Comisión de Investigación de la Kitchen en el Congreso.
El diputado de Unidas Podem Ismael Cortés pone sobre la mesa el archivo Jano. Villarejo explica que se trata de una compilación de información sensible de personas de relevancia en España que controla el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Uno de los fichados resulta ser Juan Carlos I, el ex jefe de Estado.
En ese momento la declaración de Villarejo se ha convertido en uno de los momentos más surrealistas en sus confesiones en el Congreso sobre el caso Kitchen y la caja B del PP. Preguntado ahora por Gabriel Rufián de ERC por Juan Carlos I, Villarejo asegura que el Estado le inyectaba hormonas femeninas a Juan Carlos I para rebajarle la libido, el deseo sexual, porque consideraban que sus relaciones con las mujeres podrían crear problemas de seguridad nacional, «problemas de Estado».
En respuesta a las preguntas de Rufián, el ex comisario aseguró que se fabricaron inhibidores de testosterona para frenar el deseo sexual del rey emérito. En concreto, dice que «se consideraba un problema de estado que este señor fuera tan ardiente», una información que le habría explicado el ex amante del emérito, Corinna Larsenn. Además, también aseguró que el Gobierno llevaba sobres con dinero con fondos reservados a la Casa Real, manchando directamente Margarita Robles y su pasado como secretaria de estado de Felipe González.
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Villarejo asegura que inyectaron hormonas femeninas e inhibidores de testosterona al rey emérito «para rebajarle la libido porque se consideraba un problema de Estado que fuera tan ardiente” pic.twitter.com/waZK3bqcxI
— El HuffPost (@ElHuffPost) October 20, 2021