Según la información que está en poder del fiscal suizo, Yves Bertossa, y a la que ha tenido acceso El Periódico de España, Juan Carlos I firmó el 8 de octubre de 2008 la apertura de una cuenta en la que se ingresaron cien millones de dólares a nombre de la Fundación Lucum.
La fundación había sido creada unos meses antes, el 31 de julio, por unos testaferros. Según la explicación por ellos dada este dinero provenía de un «regalo de la monarquía de Arabia Saudí«.
Pero la información conocida ahora, que emana de la contabilidad de la propia fundación Lucum, desvela que Juan Carlos I, como beneficiario de esa misma cuenta bancaria, disponía en ello de más de 70 millones de euros. Según señalan las cuentas de la fundación, esto suponía un rendimiento del 7% respecto al año anterior.
Según la información que se ha hecho pública hoy, desde 2008 hasta diciembre de 2011, mientras Juan Carlos I seguía siendo Jefe de Estado, se habrían transferido desde la cuenta bancaria de la Fundación Lucum más de 6 millones de euros. Un millón de euros se destinó a Marta Gayá, amiga íntima del emérito. La razón para esta transferencia era «para tener una vida decente», tal y como dejó por escrito el fiduciario suizo Arturo Fasana en una nota.
De la cuenta salía una media de 100.000 euros mensuales para «gastos cotidianos» del monarca.
El 3 de febrero de 2010, el supuesto testaferro del rey emérito habría entregado una cantidad de 150.000 euros a Corinna Larsen. En noviembre de 2011 aparecen otros ingresos: uno de 150.000 y otro de 629.939 euros (equivalente a 550.000 libras).
En 2012 se reflejan movimientos bancarios que alcanzaron la cifra total de 1,9 millones de euros a Corinna.
A pesar de esta información, en disposición de la fiscalía suiza, en España la justicia ha decidido archivar cualquier apertura de investigación al respecto.