Interesantísimo análisis de Pilar Rahola con ‘actores’ dignos de una película: Presidente de la Generalitat, Cloacas del Estado, Independencia de Catalunya, Robo de las pruebas a mano armada, Comisarios y Centro de Inteligencia, etc… Todo comenzó un 25 de julio de 2014 el presidente de la Generalitat Jordi Pujol desvelaba en un breve comunicado a los medios que su esposa Marta Ferrusola y sus hijos habían mantenido ocultos en el extranjero «un dinero» procedente de una «deixa» -legado- de su padre Florenci que, «lamentablemente», la familia no había tenido ocasión de regularizar.
Amén de conmocionar la política catalana en vísperas de la consulta independentista del 9N, la confesión dio pie a que una juez de Barcelona abriera una causa para investigar el origen de la fortuna y afloraran las dimensiones de los fondos: 140 millones de pesetas depositados durante décadas en la banca andorrana, primero en Andbank y después en la Banca Privada de Andorra (BPA).
Pujol se había decidido a dar un paso al frente y hacer pública la existencia de la fortuna, días después de que se publicara un pantallazo de una cuenta de su familia en la intervenida BPA, cuyos ex responsables han mantenido siempre que fueron presionados por la llamada «policía patriótica» vinculada al comisario José Villarejo para ceder datos bancarios de la familia.
Lejos de calmar las aguas, la confesión alimentó la investigación que la Audiencia Nacional tenía abierta desde 2012 al primogénito de la familia, Jordi Pujol Ferrusola, una causa que hasta entonces se sustentaba en poco más que en las denuncias de corrupción presentadas por su expareja María Victoria Álvarez y por el empresario Javier de la Rosa, al parecer a instancias de Villarejo y su entorno. La investigación a los Pujol sería detallada y minuciosa. Se les iba a requerir lo que quisiera la justicia española. ¿Es que quizás Pujol ocultaba algo en contra del Estado español?
Jordi Pujol y su familia, habían pedido durante tres años que se le devolviera todo lo que estaba en manos de la fiscalía/policía y que el juez ya tenía constancia de ello hasta la llegada del juicio. Había móviles, ordenadores, fotos y documentos privados, etc. Pero cuando una furgoneta se disponía a traerlo a Barcelona, la roban a punta de pistola en una calle de Madrid. Cuatro ladrones armados se lo llevaron todo en un santiamén: todo el material documental que la Policía española incautó a la familia Pujol, investigando sus presuntas conductas corruptas. De esto hace ahora un año. Se había llevado a cabo «El robo más grande jamás contado».
Ahora Pilar Rahola nos recuerda en un brutal vídeo que opina sobre ello y reflexiona sobre unos hechos absolutamente increíbles por muchas razones. Primero por los antecedentes: «Los abogados de los Pujol llevaban tres años reclamando que se les devolviera ese material, donde hay fotos de familia, información personal… La policía había tenido tiempo de revisarlo, leerlo e incluirlo al sumario, y podía ser devuelto. Pero no había modo». Tras muchas reclamaciones lo consiguieron: un juez daba vía libre a la demanda. Y «justo cuando la furgoneta venía hacia Barcelona, cuatro pistoleros se llevan todo el material». Qué casualidad… Brutal análisis.
Vídeo:
