Gabriel Attal, portavoz del ejecutivo francés, ha anunciado hoy que para todas las personas que lleguen al país desde un país fuera de la Unión Europea, será obligatoria la presentación de una prueba de, como máximo 48 horas previas, donde se constate ser negativo al COVID-19. Independientemente de si están o no vacunados. En el caso de las personas no vacunadas el test deberá ser de 24 horas.
Francia cerró los vuelos con algunos países de África el pasado mes de noviembre: Botsuana, Namibia, Mozambique. Unas restricciones que se levantarán el próximo sábado, pero que tienen «letra pequeña».
Solamente se permitirán las conexiones con África a ciudadanos franceses, de la UE, personal diplomático y de la Marina, siempre y cuando al regresar al país se produzca un aislamiento de siete días.