Durante el inicio de la pandemia causada por el Sars-Cov 2 no fueron pocas las voces que apuntaron a que los pacientes que ingresaban con perfiles de cierta gravedad en los hospitales por la infección de este nuevo virus, tenían niveles bajos de vitamina D. En aquellos meses iniciales se podían leer recomendaciones sobre la importancia de mantener unos niveles adecuados de esta vitamina por su importancia ante las infecciones en vías respiratorias.
Hoy conocemos un estudio alemán que apunta, precisamente, a la relevancia de esta vitamina. Según el análisis, la diferencia en los diferentes niveles que podemos tener de presencia de esta vitamina en nuestro organismo puede marcar realmente la diferencia ante la respuesta de nuestro organismo en la defensa frente a virus como el Sars-Cov2. Expresamente, el medio que nos presenta el estudio señala que «la diferencia entre un nivel de 18 y uno por encima de 59 es la diferencia entre la vida y la muerte». Se pregunta por qué esta información no ha llegado al público, teniendo en cuenta la gran importancia que comporta.
El estudio que se presenta, realizado por Lorenz Borsche, Bernd Glauner y Julian von Mendel, se suma a los 142 que han sido ya publicados en el mismo sentido y haciendo referencia a la importancia de la vitamina D.
Según explica The Blaze, «los investigadores alemanes no sólo encontraron una relación lineal entre los niveles de vitamina D y la mortalidad por Covid, sino que encontraron una morbilidad esencialmente nula para aquellos con un nivel de vitamina D superior a 50ng/ml. La razón por la que este estudio es tan importante en relación con todos los demás que han estudiado la vitamina D y el COVID-19 es que se hayan medido los niveles meses antes de que los pacientes tuvieran la infección por Covid, así como después de la misma». «En la mayoría de los estudios, el nivel de vitamina D se determinó varios días después del inicio de la infección, por lo tanto, un nivel bajo de vitamina D puede ser el resultado y no el desencadenante del curso de la infección», señalan los autores del estudio.
El estudio ha seguido a 1.601 pacientes hospitalizados. A 784 de ellos se les midieron los niveles de vitamina D un día después de entrar en el hospital, y a 817 cuyos niveles de vitamina D se venían estudiando antes de la infección. Como complemento de la muestra los investigadores analizaron también los niveles promedio de vitamina D3 a largo plazo documentados en 19 países. El valor medio de la vitamina D observado en todas las cohortes de estudio recopiladas fue de 23,2ng/ml, que se considera insuficiente. Los resultados, según apuntan, fueron considerables.
«A un nivel de 30ng/ml la mortalidad disminuye considerablemente», señalan los autores. «Además, nuestro análisis demuestra que la correlación de los conjuntos de datos combinados cruza el eje en aproximadamente 50ng/ml, lo que sugiere que este nivel de vitamina D3 en sangre puede prevenir cualquier exceso de mortalidad. Estos hallazgos están respaldados no sólo por un gran estudio de infecciones, que muestra los mismos resultados, sino también por los niveles naturales observados en las personas que viven en regiones donde se originó la humanidad y que pudieron combatir la mayoría (no todas) las infecciones en la mayoría (no todas) las infecciones de los individuos».
Recomiendan estos investigadores que la población realice análisis de sus niveles en sangre y en caso de ser necesario tomen suplementos de esta vitamina para obtener niveles de 50ng/ml. Lo habitual es que la mayoría de la población esté por debajo de 30 ng/ml, llegando a estar cerca de cero en muchos casos.
Se tienen 14 probabilidades más de morir por COVID si hay niveles de déficit de vitamina D. La vitamina D es el regulador clave de las células que actúan ante la «tormenta de citocinas»: la cantidad insuficiente de vitamina D es casi sinónimo de un mayor riesgo de tormenta de citocinas, según los investigadores.
Además, no solamente es positivo tener los niveles de vitamina D óptimos por el COVID, y es que con su ayuda al sistema inmune ayuda a reforzar los huesos y tener menor riesgo de ataque cardíaco y cáncer.
Consideran que si la población en general hubiera sabido esto, se hubiera podido informar adecuadamente, se habrían podido evitar muchas muertes causadas por el COVID.
Apuntan también al hecho de que los gobiernos bien podrían poner atención en la necesidad de los niveles de vitamina D de sus poblaciones «siguiendo así a la Ciencia» de una manera que solamente reportaría beneficios y protección.
Los niveles de esta vitamina también afectarían a las posibilidades de infección y de carga viral.
Es importante que para el consumo de esta vitamina consulte con un médico o farmacéutico, puesto que de hacerse en exceso, puede reportar contraindicaciones.