Nos encontramos en el momento en que el foco de la vacunación se pone sobre la población más joven. A mediados de este mes se pondrá en marcha la campaña de vacunación para 3 millones de niños en España, susceptibles de recibir las inyecciones de Pfizer: solamente falta un paso, y es que la Comisión de Salud Pública, que está ahora mismo reunida para abordar esta cuestión, de luz verde.
Los datos señalan que en el grupo de población de 5 a 11 años «la incidencia está disparada»: 390 casos por 100.000 habitantes frente a los 234 casos de la media general. Unos datos que salen a la luz a medida que se hacen más cribados que antes entre este segmento de la población, una medida que en la primera ola no se llevó a cabo, mientras se negaba que este grupo de población fuera objetivo de análisis.
Medidas en cada Comunidad Autónoma
Cada Gobierno regional desarrollará la hoja de ruta para llevar a cabo la inoculación en este grupo de edad. Hay regiones como Castilla La Mancha, que han anunciado su intención de vacunar en las escuelas para «evitar saturar los centros de atención primaria». Una medida que, de llevarse a cabo, podría conllevar algunos riesgos de los que profesionales de la salud, como el Doctor Alarcos ha señalado. Se refiere el Doctor al hecho de que las escuelas no son un lugar de vacunación, y además, atendiendo a la situación que se está dando de estigmatización de personas no vacunadas contra la Covid-19, podría caerse en el riesgo de que esto sucediera con los menores cuyos padres no quieren que sean inoculados.
La EMA ha dado la aprobación
La Agencia Europea del Medicamento ha dado su aprobación para inocular estos tratamientos a menores de 12 años. En Estados Unidos y Canadá llevan meses aplicándolo. La FDA especificó que a los niños de 5 a 11 años se les debe aplicar una dosis de 10 microgramos de la vacuna de Pfizer, una cantidad menor de los 30 microgramos que se utiliza en mayores de 12 años. Además, apunta que las dos dosis se deben inocular en un periodo de tres semanas entre ellas. Señalaba la FDA que la razón de reducir la cantidad se debía a evitar así efectos adversos como la inflamación cardiaca o miocarditis, «cuya proliferación se ha asociado a vacunas de Pfizer y Moderna sobre todo en hombres jóvenes».
Fue Israel uno de los primeros países que alertó del vínculo entre la vacuna de Pfizer y los casos de miocarditis en jóvenes. El pasado mes de junio el ministerio de Salud israelí afirmó haber identificado un grupo de casos en los que se habían desarrollado afecciones cardiacas tras la aplicación de la vacuna. Señalaron que estos jóvenes requirieron atención hospitalaria de una media de cuatro días.
Según publicó la EMA el pasado viernes, de los estudios desarrollados se concluye por el momento que el riesgo de padecer una afección cardiaca entre personas jóvenes es de 1/10.000 Un análisis que, según ha detallado la EMA, seguirá llevándose a cabo a medida que se inocule a personas de este grupo de edad.
Asociación Española de Vacunología
La Asociación Española de Vacunología informó el pasado mes de agosto de que The New England Journal of Medicine publicaba los datos de vigilancia de la seguridad a escala nacional en Israel de la vacuna PFizer frente a la Covid-19 mediante un estudio población de cohortes.
«Con un volumen de datos que involucró a más de 2,4 millones de personas vacunadas, y en relación a no vacunadas, la vacunación se asoció con un elevado riesgo de miocarditis (ratio de riesgo de 3,24), linfadenopatía (ratio de 2,43), apendicitis (1,40) y herpes zóster (ratio de 1,43)».
El estudio apunta también que la infección por SARS-Cov-2 se asoció con un riesgo sustancialmente mayor de miocarditis y de eventos adversos graves adicionales.
Incidencia acumulada de casos
En octubre, los pediatras españoles no consideraban que se dieran las circunstancias para administrar la vacuna a la población infantil en general. Apuntaba por ejemplo el epidemiólogo Quique Bassat, miembro de la Sociedad Española de Pediatría que «en una situación como la nuestra, ya no creo que sea válida esa premisa», refiriéndose a que «con una transmisión alta los beneficios de la vacuna son claramente superiores». Esto evidencia que si la tasa de Incidencia acumulada aumenta, el parecer de este experto sí sería poder vacunar.
Amós García Rojas también apuntaba en la misma línea. El presidente de la Sociedad Española de Vacunología, miembro de la Ponencia de vacunas (órgano que hace la recomendación al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud sobre la campaña de vacunación a los niños), apuntaba en octubre que «dependerá de la situación epidemiológica del momento. Si seguimos en la buena línea de contagios probablemente no sea necesario, pero si suben mucho quizás sí. Habría que valorarlo en cada momento».
Riesgos y beneficios
En noviembre Sanidad mostraba por primera vez en España las dudas sobre vacunar a los niños por los efectos secundarios de las vacunas. Fernando Simón señalaba entonces que «en el caso de los menores de 12 años el riesgo de efectos adversos es mayor que el de la enfermedad».
Suspensión de aplicación en distintos países
En septiembre Brasil decidió suspender la vacunación en adolescentes «por los desórdenes en la inmunización» según informaba entonces la Agencia Efe. El Ministerio de Salud de Brasil decidió que se interrumpiera la vacunación en las edades entre 12 y 17 años. En aquel momento el ministerio señalaba «Sabemos que se están aplicando a los adolescentes otro tipo de vacunas, como la AstraZeneca, la Janssen y la Coronavac» que no han sido aprobadas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria para menores de 18 años. Investigaban entonces posibles casos adversos y entre ellos, una muerte.
Finlandia, Suecia y Dinamarca también decidieron suspender la aplicación a menores de 30 años con la vacuna Moderna «por el riesgo de inflamación cardíaca». En el mes de ocubre, el director del Instituto Nacional de Salud y Bienestar de Finlandia, Mika Salminen, señaló en rueda de prensa que «el fármaco Moderna tiene un riesgo ligeramente mayor que otras vacunas de desarrollar miocarditis».
Suecia fue el primer país nórdico en anunciar la suspensión de la vacuna de Moderna para los menores de 30 años.
Islandia también se sumó a la suspensión de vacunación de Moderna por el riesgo de miocarditis
Más recientemente, Taiwan ha suspendido la aplicación de las vacunas en niños de 12 a 17 por los «efectos secundarios». La autoridad sanitaria taiwanesa «decidió suspender la segunda inyección debido a preocupaciones sobre un mayor riesgo de desarrollar miocarditis y pericariditis».
Según un estudio norteamericano, los riesgos de este tipo de afecciones se multiplican por diez tras la segunda dosis. Por esta razón, Gobiernos como el de Reino Unido han apostado por dar una única dosis a los jóvenes. Y se rechazaba, de entrada la aplicación de la vacunación a niños entre 5 y 11 años. Sin embargo, ante la aparición de la variante Omicron, se han revisado los protocolos en Reino Unido y se ha recomendado la segunda dosis de la vacuna para jóvenes de 12 a 15 años.
Situación actual por países
El lanzamiento de las vacunas para niños de 5 a 11 años se llevará a cabo a partir del 13 de diciembre en Europa, una semana antes de lo que se anunció.
Italia ha aprobado la aplicación de vacunas de niños de 5 a 11 años.
Francia lo ha aprobado para niños de alto riesgo y que vivan con personas vulnerables.
República Checa tiene ya preparadas 700.000 dosis para niños de esta edad.
Hungría ha comenzado a vacunar a los niños de 16 a 18 años desde el pasado mes de mayo.
Alemania ofrecerá las vacunas para menores de 12 años a partir de enero de 2022.
Por el momento se espera que los distintos gobiernos de la UE señalen en qué condiciones se recomienda aplicar esta vacuna a los más pequeños. Una vacunación que por el momento será voluntaria.
Prioridad global
La OMS lleva meses advirtiendo que no se debería vacunar a población que no tiene graves riesgos derivados de la enfermedad, mientras haya otros grupos de población que necesiten protección. Concretamente, considera que la acción para erradicar los efectos graves de la enfermedad debe hacerse de manera global, priorizando grupos de edad y de población de riesgo, por lo que se debería garantizar la vacunación de todas las personas mayores y vulnerables antes de comenzar a vacunar a los niños en países desarrollados.
Una manera de gestionar los recursos que fomenta una vez más la desigualdad.
«Los jóvenes se recuperan rápidamente de la miocarditis asociada a la vacuna de COVID»
Según podemos leer hoy en diarios como ABC, el titular lo deja claro: los jóvenes se recuperan rápidamente de la miocarditis asociada a la vacuna de COVID. Apuntan a que «la mayoría de los adolescentes y adultos jóvenes con sospecha de miocarditis después de la vacunación experimentan síntomas leves y una rápida recuperación clínica».
En la pieza, afirman que «la mayoría de los jóvenes menores de 21 años que desarrollaron una inflamación del músculo cardíaco relacionada con la vacuna Covid-19 conocida como miocarditis, presentaban síntomas leves que mejoraron rápidamente, según una investigación publicada en Circulation».
«Con la llegada de las vacunas de ARNm para el covid-19 se informó de un posible vínculo entre la vacunación y la miocarditis especialmente en personas de 39 años».
En la pieza apuntan a que se esperan más estudios «para comprender mejor los resultados a largo plazo de los pacientes que han tenido miocarditis relacionadas con la vacunación. También necesitamos estudiar los factores de riesgo y los mecanismos de esta rara complicación». Advierten los expertos de que «es importante que los profesionales de la salud y el público tengan información sobre los primeros signos, síntomas y el curso temporal de la recuperación de la miocarditis, particularmente a medida que estas vacunas estén más disponibles para los niños».
«Los investigadores creen que los estudios futuros deberían monitorizar a los pacientes que han sufrido miocarditis asociada a la vacuna durante un período más largo, ya que este estudio examinó solo el curso inmediato de los pacientes y carece de datos de seguimiento«. Añade la pieza que «el diseño del estudio no permitió a los científicos estimar el porcentaje de quienes recibieron la vacuna y desarrollaron esta rara complicación, ni tampoco posibilitó un examen de la relación riesgo / beneficio.»