El Rey emérito Juan Carlos de Borbón presenta como argumento ante la justicia británica su «inmunidad» al ser miembro de la familia real borbónica. Y explica a los tribunales británicos que «esto no le sitúa por encima de la ley, pero solamente responde por su posición ante el Tribunal Supremo español».
Así lo han señalado sus abogados mediante un escrito presentado ante el Tribunal Superior de Londres, apuntando a que las cortes inglesas carecen de jurisdicción sobre la demanda que interpuso allí Corinna Larsen por acoso.
Apuntan los abogados del emérito a la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961 y a la ley británica sobre inmunidad. Estos dos textos legales, según los abogados del emérito «dejan claro que los Estados extranjeros son completamente inmunes ante la jurisdicción del Reino Unido«. También hacen referencia al Tratado de Utrecht que establece el respeto recíproco entre España y Reino Unido.
Precisamente ahora el tribunal que estudia el caso deberá evaluar si acepta el planteamiento de la defensa del emérito o si por el contrario, proceden a juzgarle.
Aseguran que el hecho de haber abdicado no elimina su «protección especial», y además, aunque esté viviendo en Emiratos Árabes y la casa real no le sustente económicamente, «el Estado español sí paga su protección».