Los planes para reindustrializar las plantas de Nissan en Catalunya, que cerrarán a finales de año, ha recibido un nuevo revés, que ya esperaban muchos. No ha habido sorpresa de última hora y, tal y como apuntaban algunos medios hace dos semanas, la empresa china Great Wall Motors ha dado marcha atrás.
El grupo chino, que había presentado un proyecto para fabricar hasta 300.000 coches eléctricos, ha enviado una carta comunicando que se retira del proceso, según los sindicatos. En los últimos días, las administraciones habían mejorado su oferta de ayudas públicas, y estaban pendientes de una última reunión. Por último, no han podido convencer a Great Wall Motors.
Los comités de empresa de Nissan insistieron en la necesidad de activar los planes alternativos que ya se estaban preparando para darle una alternativa. Se trata, entre otros, de un hub de descarbonización impulsado por QEV, que agruparía a empresas especializadas en el vehículo eléctrico más pequeñas y que ahora se había asignado al centro de Sant Andreu.
De este modo, se reducen las expectativas para conseguir recolocar a toda la plantilla de Nissan, a dos semanas del cierre definitivo de sus plantas, el pasado 31 de diciembre. Una segunda opción sobre la mesa es la de la belga Punch, que quiere fabricar los mismos modelos que hacía Nissan pero con variaciones de motor y diseño.