Austria es ya el primer país de la Unión Europea que ha aprobado la vacunación obligatoria para el conjunto de la población mayor de edad. La medida entrará en vigor el 1 de febrero, y establece un período transitorio, hasta el 15 marzo, para que las personas que no se han vacunado puedan hacerlo.
Primero, las personas no vacunadas recibirán recordatorios, y después serán citadas para vacunarse. No hacerlo supondrá una primera multa de 600 euros y una sanción máxima de 3.600 euros. La ley no contempla penas de prisión para los infractores. Deja al margen de la obligación, eso sí, dos colectivos: las embarazadas y las personas que no pueden vacunarse por razones médicas.
La obligatoriedad de vacunación ha sido aprobada en la cámara baja, el Nationalrat (Consejo Nacional, el Parlamento), este jueves con el apoyo del gobierno y de la oposición, salvo la ultraderecha, que lleva meses liderando protestas multitudinarias contra las medidas anticovid. La medida, de hecho, está apoyada por el 60% de la población.
Para lograr un mayor consenso entre las fuerzas políticas, este domingo el gobierno subió la edad para la vacunación obligatoria desde los 14 años hasta los 18. Para entrar en vigor, la ley está por superar dos trámites que son formalidades: la votación en el Bundesrat (Consejo Federal, el Senado) y ser sancionada por el presidente, Alexander Van der Bellen.
Aparte de hacer obligatoria la vacunación, Austria también ha anunciado una medida inédita para incentivarla: se sortearán vales de 500 euros entre los vacunados, que podrán canjearse en tiendas y restaurantes.
El gobierno austríaco, una coalición del Partido Popular, conservador, y Els Verds, anunció en noviembre su intención de hacer obligatoria la vacunación, coincidiendo con el cuarto confinamiento del país debido a la fuerte propagación de la pandemia.
Este domingo, el canciller Karl Nehammer defendió la necesidad de hacer obligatoria la vacunación para evitar otro confinamiento y para que la gente pueda hacer vida normal. «Esto no es una lucha entre los vacunados y los no vacunados», declaró durante la primera rueda de prensa convocada tras pasar una cuarentena por haberse contagiado de cóvid-19. Nehammer también dijo que confía en que no habrá que llegar a la tercera fase.
La jefa de la oposición, la socialdemócrata Pamela Rendi-Wagner, ha defendido que la vacunación obligatoria «es una salida de emergencia… de las constantes restricciones a nuestros derechos personales y fundamentales, como las que hemos tenido que soportar en los últimos dos años».
«Esta vacunación obligatoria despoja al pueblo de sus derechos. Con un solo movimiento, millones de austriacos serán degradados», valoró Herbert Kickl, líder del Partido de la Libertad, de ultraderecha y antivacunas, que ya ha anunciado acciones legales en los tribunales contra la ley.
Por ahora tienen la pauta completa de vacunación más de 6,4 millones de austríacos, el 71,91% de la población y el 75,58% de todas las personas que pueden vacunarse. Austria, con poco más de 9 millones de habitantes, ha notificado más de 1,5 millones de contagios y casi 14.000 muertes por Covid-19 desde el inicio de la pandemia.
En la UE existen otros países que han hecho obligatoria la vacunación, pero parcialmente, no para el conjunto de la población adulta. En Italia deben vacunarse obligatoriamente las personas de 50 años o más. En Grecia, las que han alcanzado los 60 años. En otros estados deben hacerlo, por ejemplo, los profesionales de la sanidad.
Por otro lado miles de personas -unas 20.000 según la policía- protestaron este sábado en Viena contra las restricciones impuestas por la covid-19 y la vacunación obligatoria que entrará en vigor en febrero. La concentración, convocada por el partido ultraderechista FPÖ, reunió entre otros a negacionistas, a partidarios de las teorías de la conspiración, fundamentalistas cristianos y simpatizantes de la extrema derecha, que coinciden en calificar la vacunación obligatoria de «dictadura».
