Máxima tensión. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, se reúnen este viernes con las tensiones sobre Ucrania cada vez más encendidas, en medio de duras acusaciones desde Washington y ‘ultimátums’ por parte de Rusia. No se conocía esta escalada pre-bélica en Europa desde la segunda guerra mundial.
Rusia ha dado una semana de plazo a Estados Unidos para que responda por escrito a sus demandas de seguridad, una suerte de líneas rojas que Moscú ha presentado a la OTAN y a Washington como requisitos indispensables para aceptar zanjar la crisis de Ucrania, después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, predijera la noche del jueves una nueva invasión rusa.
Biden fue más allá y ha sido categórico al afirmar que Vladímir Putin iba a intervenir en Ucrania, pero creó confusión en torno a lo que consideraba una agresión grave y el calibre de la respuesta aliada ante una “incursión menor” según agencias. “¿Creo que pondrá a prueba a Occidente, a Estados Unidos y a la OTAN tanto como pueda? Sí, lo creo”, afirmó. “No estoy seguro de que él tenga decidido qué va a hacer, pero intuyo que va a intervenir, tiene que hacer algo”, añadió.
“No ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán, si lo hace”, recalcó, pero envió señales borrosas al apuntar: “Una cosa es una incursión menor, que acabemos discutiendo entre aliados cómo responder, pero si hacen lo que son capaces de hacer con una gran fuerza en la frontera, va a ser un desastre para Rusia”.
Por otro lado España tendrá 650 soldados en la frontera rusa como parte del despliegue de la OTAN. El Gobierno se prepara «para cualquier escenario». Los efectivos se sumarán en pocas semanas a los 350 militares ya desplegados en en Letonia, sumando un millar de efectivos. Donde Rusia acumula ya más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania.
