La sesión parlamentaria ha tenido que ser interrumpida por su presidenta, Laura Borrás, esta mañana. La razón se encuentra en los insultos de Antonio Gallego, diputado de Vox hacia el president de la Generalitat, Pere Aragonés.
En un primer momento, la tensión ya era palpable cuando el diputado de Vox, Ignacio Garriga, espetó al president Aragonés que se girase para poderle mirar a la cara y que «demostrase algo de educación» mientras el miembro de Vox intervenía. Pero el president no se giró para mirarle. Garriga entonces insistió y señaló que la actitud del president era evidencia de su «falta de educación y su indecencia».
El debate ha ido aumentando la tensión, con la respuesta incluída del president (donde ha señalado el comportamiento de vox como el de los fascistas y nazis), hasta que se ha escuchado cómo Gallego le llamaba «hijo de puta». Un hecho que se ha escuchado por la bancada de diputados, y de lo que se ha tenido que notificar a la presidenta que inmediatamente ha puesto en marcha el reglamento parlamentario, ofreciendo al diputado de Vox que se disculpara con el president.
Borrás no dijo el nombre del diputado en ese momento, haciendo una invitación abierta a la persona que había hecho el comentario insultante. Garriga salió inmediatamente «al ruedo» para exigir que también se disculpase el president. En este momento, Borrás ha interrumpido en seco la sesión. Insistió la presidenta en invitar al diputado en cuestión (Gallego, insistiendo no nombrarle), para que pidiera disculpas.
Fue entonces cuando Antonio Gallego tomó la palabra y se disculpó por el insulto, añadiendo: «debe entender, y usted es la primera que debería hacerlo, que no es normal que el presidente en cada sesión de control nos acuse de nazis». Borrás ha subrayado que el reglamento no le permite insultar a nadie.