El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado nuevas medidas de presión contra Rusia en represalia por la intervención en Ucrania. Ha sido durante el discurso sobre el Estado de la Unión, pronunciado en el Capitolio frente a las dos cámaras del Congreso, y precedido por una intensa ovación en la embajadora ucraniana en Estados Unidos.
Cuando ya ha entrado en el séptimo día, la guerra en Ucrania, de hecho, ha marcado buena parte del primer discurso del Estado de la Unión de Biden, que ha pronosticado que cuando acabe la guerra, Moscú estará más débil y el resto del mundo más fuerte. «Pagará un precio muy alto», ha dicho, especialmente a largo plazo, y ha añadido que «la libertad siempre gana a la tiranía».
Biden se ha referido a Putin como «un dictador» y ha dicho que está «más aislado que nunca», que se ha equivocado en su estrategia, y que «no sabe lo que le espera». «Putin pensó que Occidente y la OTAN no responderían. Pensó que podría dividir esta sala, esta nación y dividirnos en Europa. Pero Putin se equivocaba. Se ha encontrado un muro de fuerza que nunca se imaginó . Estamos listos y unidos.»
El presidente estadounidense ha anunciado el cierre del espacio aéreo en las aerolíneas rusas. También ha avisado de que la agresión costará carísima también a los oligarcas que le aguantan y al que les confiscarán, dice, los barcos y los apartamentos de lujo.
«El Departamento de Justicia de Estados Unidos está reuniendo una fuerza para perseguir los crímenes de los oligarcas rusos. Nos unimos a nuestros aliados europeos para encontrar y bloquear sus yates, sus lujosos apartamentos y sus jets privados», ha dicho.
En un Congreso con banderas de Ucrania y rendido a la embajadora de ese país, que lo miraba desde la galería, Biden reiteró que Estados Unidos está junto a Ucrania, aunque insistió en que no enviará tropas a lidiar con los soldados rusos.
