Hoy ha comenzado en la Audiencia Nacional de Guipuzkoa el juicio que ha sentado en el banquillo al fotógrafo Kote Cabezudo, que está siendo investigado por presuntos abusos sexuales contra modelos, estafa o pornografia de menores.
Son por el momento un total de 16 víctimas que denuncian al fotógrafo de la presunta comisión de 32 delitos y la Fiscalía pide para él un total de 121 años de prisión. La defensa pide la absolución.
El caso llegó a los tribunales en 2013, cuando se presentó la primera denuncia a la que posteriormente se fueron sumando más.
El tribunal se compone de tres magistrados y aborda una de las causas más complejas para la justicia de Guipuzkoa. A partir de hoy se dará audiencia durante veinte sesiones al acusado y a las víctimas y peritos.
El primero en hablar será Kote Cabezudo. A continuación se dará paso a las víctimas: 16 presentadas por la fiscalía y 17 por parte de la acusación particular. Todas declararán a puerta cerrada sin tener que enfrentarse al acusado.
La Audiencia ha prohibido a los periodistas que entren en la sala donde se celebra el juicio que seguirán el juicio desde otra sala adyacente.
El juicio ha comenzado a las diez de la mañana con la prueba documental y el visionado de las imágenes que estaban en los archivos del fotógrafo.
Está previsto que también declare en el juicio la ex mujer del fotógrafo.
El fotógrafo ha presentado algunos de sus libros publicados, en los que aparecen retratadas algunas de las víctimas. Se ha procedido a la suspensión de la vista a las 10.55 para poder estudiar la documentación presentada.
Hechos delictivos
Los hechos denunciados se produjeron entre los años noventa y el 2010.
Cuatro de las denunciantes le acusan de haber cometido abusos sexuales durante las supuestas sesiones fotográficas. El fiscal recoge en la acusación que el fotógrafo les realizaba tocamientos por todo el cuerpo y que incluso llegó a introducir sus dedos en los genitales de las jóvenes.
Una de las víctimas en el momento de los hechos tenía 15 años: la fiscalía sostiene que estaba atemorizada por el acusado, que le habría obligado a que le practicara una felación y que llegó a violarla cuando cumplió la mayoría de edad.
El delito que más aparece es el delito contra la intimidad: se acusa al fotógrafo de haber engañado a las jóvenes en los contratos y de compartir las fotografías en las que posaron desnudas en páginas web de pornografía sin su consentimiento. Las webs las manejaba él mismo y obtenía dinero por estas imágenes.
Se le acusa también de estafa, pornografía infantil, corrupción de menores y de atentar contra la integridad moral de las víctimas.
El fiscal Jorge Bermúdez ha afirmado a Diario Vasco que hay pruebas suficientes para condenar al acusado.
Kote Cabezudo está en prisión provisional, en el centro penitenciario de Martutene, desde el pasado 4 de mayo de 2018. Están a punto de cumplirse los dos años previstos en la ley como tiempo máximo para estar en prisión provisional. Sin embargo, al tener penas pendientes de ser cumplidas, el juez podrá decidir que se mantenga en prisión.
Dificultades en el proceso
Ha sido complicada la instrucción de este caso, puesto que la cantidad de documentación es ingente y su análisis pormenorizado ha requerido de un gran despliegue de medios. Además, ha habido un cambio de juez, puesto que la primera juez que conoció del asunto fue denunciada por presunta prevaricación. El TSPV admitió a trámite la querella de manera parcial, y posteriormente la archivó, aunque la magistrada quedó apartada de este asunto y tuvo que ser sustituida por otro juez, que es el que ahora mismo conoce del caso.
Fue este juez quien decidió enviar a Cabezudo a prisión provisional, una decisión a la que la jueza anterior se había opuesto reiteradamente. A pesar de ser solicitado también por la fiscalía.
El fotógrafo ha sido ya condenado por otros delitos en los últimos años, por delitos como obstrucción a la justicia ,desobediencia, aportación de documentación falsa. La condena en firme más elevada es de dos años y tres meses de prisión. Tiene pendiente otro juicio por subir a internet imágenes de una joven en ropa interior.