Van pasando los días y España no dice nada. El periodista de Euskadi, Pablo González, acusado de espiar para la inteligencia militar rusa lleva ocho días incomunicado en prisión de Rzeszów (Polonia) de forma preventiva. Se enfrenta a diez años de condena.
Su defensa, Gonzalo Boye, solicita al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que proteja a González. Además, denuncia el «silencio» del consulado español en Polonia y la «falta» de información; incluso para poder visitarlo. Boye Reclama que el respeto de las Convenciones de Ginebra en caso de conflicto armado, «estamos sufriendo por el estado de salud mental» de González”, lamenta. En este sentido, también manifiesta que las autoridades polacas no están respetando sus derechos.
Para poder entender la magnitud de la situación, cabe recordar que en Polonia gobierna el PiS (Ley y Justicia); se trata de un partido de derecha radical populista equiparable a Vox, con el que mantiene muy buena relación. La deriva iliberal del país también ha afectado gravemente a la libertad de prensa o de opinión, así lo dejan patente estos casos de detención.
Mientras se mantiene una solidaría concentración de apoyo al periodista detenido. Así, cientos de vecinos y vecinas de Nabarniz (Vizcaya), la ciudad de origen del periodista se ha concentrado para exigir la libertad del periodista y para denunciar la situación. Un encuentro promovido por el Ayuntamiento de la ciudad…
«Vecinos de #Nabarniz (Vizcaya) se concentran para exigir la libertad del periodista Pablo González, en prisión provisional en Polonia acusado de espionaje»
🕵️♂️ Veïns de #Nabarniz (Biscaia) es concentren per exigir la llibertat del periodista Pablo González, en presó provisional a Polònia acusat d’espionatge | @boye_g @RTVECatalunya
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— RTVE Notícies (@rtvenoticies) March 6, 2022