ÍTerrible infamia. El Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, el para muchos pseudo socialista Josep Borrell, ha avanzado este martes que trabaja en un marco para sancionar a actores implicados en campañas de desinformación, al asegurar que es un fenómeno que daña a la calidad democrática en Europa. Pero es público y notorio que este señor ha tenido mil y un desencuentro con periodistas, simplemente porque no le gustaban las preguntas que le hacían. Y ahora la cuestión es, ¿utilizara ese marco europeo, para sancionar a los medios que no están de acuerdo con él?
Según se escuda «La democracia es un sistema cuyo combustible es la información. Si la información es mala, la democracia es mala, y si la información está sistemáticamente sesgada y contaminada por la mentira, los ciudadanos no pueden tener cabal conocimiento de la realidad», ha asegurado como jefe de la diplomacia comunitaria en un debate en el Parlamento Europeo, durante la presentación del informe sobre desinformación e interferencias extranjeras en procesos democráticos en la UE.
Dicho informe señala intentos de manipulación en el referéndum del Brexit o las presidenciales francesas de 2017. Pero también pide investigar los lazos entre el Kremlin y formaciones políticas europeas, refiriéndose a las catalanas y el Procès por su enervante catalanofobia, lo que incluye el vínculo de funcionarios rusos con «líderes secesionistas catalanes», punto que ha mencionado Borrell en el pleno de la Eurocámara. Peligro, el método antijudío de Joseph Goebbels, es el que se aplicaría contra Catalunya. Ya lo han hecho con RT (Rusia Today) y Sputnik por ‘informar’ con criterios anti-occidente, pero aplicar posibles controles de censura a sus propios medios, puede ser muy peligroso.
En línea con las recomendaciones del informe, el polémico Borrell ha avanzado que propondrá un nuevo mecanismo para que los Veintisiete sancionen a actores responsables de desinformación, como parte de un plan más amplio que permitirá aumentar la capacidad de actuación europea ante estas situaciones. La intención, que se vende, es ofrecer garantías de que la información que circula en el entorno mediático europeo no sea «un elemento que contamine las mentes», ha indicado Borrell, quien ha comparado la medida con la aplicación de estándares sanitarios a los alimentos que se consumen en la Unión. Terrible infamia..