Desde que esta semana apareciera Borrell con su idea maravillosa para plantarle cara a Putin, animándonos a cortar el gas en nuestras casas como muestra de «asedio» a los rusos, no dejamos de ver declaraciones que resultan sorprendentes.
Hoy Ana Patricia Botín nos dice que ha decidido poner la calefacción a 17 grados en su casa. No sabemos en cuál de ellas, claro, porque a lo mejor es en alguna de las que tiene en algún lugar paradisiaco donde no haga frío.
Desde la ironía han contestado algunos, como Carmen Chaparro, aunque por no explicar bien su posición, está siendo duramente criticada. No, Carmen no nos llama estúpidos, sino todo lo contrario. Critica precisamente en su artículo esta nueva moda de pretender que seamos los ciudadanos los que paguemos las consecuencias de la absoluta inutilidad de nuestros dirigentes. Aunque habría que hacerle una apostilla a Chaparro: ya no consumimos principalmente gas de Argelia, no. Lo compramos desde finales del año pasado a los norteamericanos, que como siempre, son los que salen beneficiados de todo conflicto en el que meten a los demás.
Con cada grado de calefacción que tenemos en casa, en la oficina o en el supermercado, los europeos estamos dándole dinero a Putin para masacrar a Ucrania.
No vale sólo con donar comida o ropa. Hay que hacer + sacrificios.
Baja la calefacción, estúpido. https://t.co/KKuaIosn4n— Carme Chaparro 🏳️🌈 (@CarmeChaparro) March 10, 2022
Ahora que la Unión Europea le dice por boca de Macron a Zelenskyy que no está previsto que Ucrania entre en el club, porque «está en guerra», igual en Ucrania se comienzan a dar cuenta de que les han tomado el pelo. Porque no tiene mucho sentido que te digan que te dan armas mientras usan ese conflicto armado como excusa para no admitirte.
Dicho sea de paso que este conflicto comienza, principalmente, porque Ucrania se lanza a la piscina de la UE sin mirar si había agua. Y además, anuncia a bombo y platillo que lo hará apuntándose al club de la OTAN, lo que se sabía que cabrearía a Rusia.
Pues bien: Rusia ya se ha cabreado, a reaccionado y los Europeos han comenzado a comprarle gas a Estados Unidos al tiempo que le envían pistolas a los ucranianos para «que se defiendan ellos».
Zelenskyy ya anuncia que se está pensando la rendición, puesto que la OTAN tampoco parece ahora estar muy dispuesta a instalarse en Ucrania, y la UE parece no quererle dentro. «Colgado de la brocha» como se suele decir, parece estar Volodimir.
Y mientras tanto, Rusia y China exigiendo explicaciones sobre los laboratorios bacteriológicos en Ucrania, mientras Reuters confirma que en ellos participaba EEUU, la OMS y la UE. El Consejo de Seguridad de la ONU ha sido urgido ya a celebrar una reunión específica sobre esta cuestión.
Pero oiga, usted pase frío, que al final resultará que será la respuesta que estos dirigentes tengan preparada para nosotros. Armas para la población ucraniana, empobrecimiento para los europeos y luces y taquífrafos apagados para contarnos qué ocurre con los dichosos laboratorios que estarían estudiando el coronavirus en murciélagos, también en Ucrania.