Pekín ha contestado a las insinuaciones que se han hecho estos días desde Estados Unidos, y concretamente al mensaje que la OTAN ha lanzado advirtiéndole de que no se posicione junto a Rusia.
Lo ha hecho recordando cómo se comportó la OTAN en la década de los noventa, concretamente en 1999, cuando «por error», bombardearon la embajada china en Belgrado, en el conflicto con Yugoslavia.
«El pueblo chino puede entender perfectamente el dolor y sufrimiento de otros países porque nunca olvidaremos quién bombardeó nuestra embajada en la República Federal de Yugoslavia. No necesitamos sermones sobre la justicia por parte de quien abusa del Derecho Internacional», señaló el embajador de Pekín ante la UE, en respuesta a las declaraciones realizadas previamente por el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg.
China ha señalado a la OTAN como el «remanente de la Guerra Fría» y además, ha señalado que la organización necesitaría reflexionar y hacer autocrítica para analizar si realmente está contribuyendo a la paz y estabilidad mundial en su política de expansión y en sus operaciones militares.
El martes, el Secretario General de la OTAN, Sotltenberg señaló a China antes de tener una reunión de urgencia provocada por los rumores extendidos por la Administración norteamericana, que dio a entender a través de sus medios de comunicación, que Rusia habría pedido ayuda militar y económica a China y que ésta habría accedido. Algo que tanto Rusia como China negaron desde el primer momento. Antes de la reunión, el SG de la OTAN señaló que «Pekín debería unirse al resto del mundo para condenar enérgicamente la brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia».
Pekín por su parte, señaló defender la integridad territorial de Ucrania, pero también consideró que la política de expansión de la OTAN ha sido una provocación clara. Se han negado a sumarse a las sanciones contra Rusia, y además, ha dejado claro que consideran que contraviene el Derecho Internacional y un peligro para todas las economías del planeta.