El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy ha realizado críticas en los últimos días contra Israel, señalándoles por no lo que él considera que ha sido una actitud que no hay ayudado a Kiev lo suficiente para luchar contra las fuerzas rusas. Lo dijo concretamente ayer domingo, en una videoconferencia ante el parlamento israelí.
En su discurso, tal y como hemos ido viendo en los últimos días, ha intentado introducir siempre términos que buscasen de alguna manera generar una cierta «simpatía» en sus interlocutores. Lo hizo ante el Congreso norteamericano, refiriéndose a los atentados del 11S, a Pearl Harbour; lo hizo en Alemania hablando de «muros»; y lo ha hecho en Israel hablando del Holocausto. El problema es que en Israel no ha sentado bien su comparación y algunos diputados israelíes han protestado por estas palabras.
El presidente actual de Israel se ha mostrado partidario de ayudar a tender puentes entre Ucrania y Rusia y a promover el diálogo, pero no ha apoyado las sanciones impuestas a Moscú. Zelenskiy esperaba más. Sobre todo ha exigido un posicionamiento claro: con unos o con otros.
Por su parte, Naftali Bennett, ha dejado claro que su postura es continuar actuando para evitar el derramamiento de sangre y llevar a las partes del campo de batalla a la mesa de diálogo. Y ha ido más allá, señalando que la mediación se hace entre Estados, no entre «buenos y malos».
Zelenskiy pidió armas para defender a la población ucraniana. Y enfatizó además, señalando «a la población ucraniana judía». Y aumentó la tensión de su discurso cuando afirmó que Rusia se había instalado en la retórica de los nazis, que «pedían la solución final para el problema judío». Insistiendo en que ahora el discurso de Moscú es similar al de los nazis durante el Holocausto.
Por si esto no fuera suficiente, hizo referencia a que el pueblo ucraniano tomó la decisión hace ochenta años de rescatar a los judíos. Y aquí es donde se desataron las iras de no pocos diputados israelitas que conocen bien la historia y saben que, precisamente lo que hizo la parte oeste de Ucrania fue todo lo contrario, a través de batallones como el liderado por Setpan Bandera: aniquilar a miles de judíos ucranianos y colaborar con el nazismo alemán.
Por eso desde el parlamento israelí han acusado a Zelenskiy de intentar «reescribir la historia» y negar el papel de los ucranianos en la masacre de judíos.
“Su crítica a Israel fue legítima, al igual que sus expectativas sobre nosotros, pero no su exasperante y ridícula comparación con el Holocausto y su intento de reescribir la historia y borrar el papel del pueblo ucraniano en los intentos de exterminar al pueblo judío ”, dijo el líder del Partido Sionista Religioso, Bezalel Smotrich.
El ministro de Comunicación y diputado de New Hope, Yoaz Hendel, tuiteó que «admira» a Zelenskiy y apoya al pueblo ucraniano «de corazón y de hecho», pero señaló que parte del genocidio de los judíos por parte de la Alemania nazi «también se llevó a cabo en tierra ucraniana». Si bien “la guerra es terrible, la comparación con los horrores del Holocausto y la Solución Final es escandalosa”.