Giro a partir de este lunes en la gestión de la pandemia: no se realizarán test y los positivos no tendrán que aislarse. Estas dos medidas sólo se aplicarán a las personas vulnerables, a mayores de 60 años, personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas, y en entornos de riesgo, como centros sanitarios o residencias.
Con las tasas de vacunación actuales y la gran cantidad de gente con inmunidad natural por haber pasado la enfermedad en los últimos meses, las autoridades sanitarias consideran que ha llegado el momento de empezar a tratar la Covid como el resto de infecciones respiratorias. También los expertos ven la supresión de los test y de los aislamientos como un paso inevitable.
En una entrevista en el 3/24, la epidemióloga Silvia de Sanjosé cree que tiene poco sentido «ir haciendo pruebas cuando estamos viendo que la enfermedad es ahora muy leve». Pero, además, esto suponía una saturación importante en el sistema sanitario, que debía gestionar las pruebas diagnósticas, los aislamientos de los positivos y, por tanto, también las bajas automáticas.
Según los expertos no se puede hacer vida normal porque hay que prevenir la infección de las personas vulnerables, por lo que los positivos tendrán que evitar el contacto, y tampoco tendrán que participar en eventos multitudinarios. De hecho, éste es uno de los motivos por los que la mascarilla sigue siendo obligatoria en interiores, uno de los pocos, si no el único, símbolo de la pandemia que queda.