La ciudad china de Shanghái, un importante núcleo económico con 26 millones de habitantes, ha comenzado un confinamiento en dos etapas debido a un rebrote de Covid-19. Desde ayer lunes, puentes y túneles están cerrados, y el tráfico de las autopistas restringido.
Para hacer este confinamiento, el Ayuntamiento ha dividido la ciudad en dos zonas, a ambos lados del río Huangpu, para poder realizar test de forma escalonada. Los vecinos que viven en el este deben confinarse desde este lunes hasta el jueves 31, mientras que los del oeste tendrán que hacerlo a partir del viernes, 1 de abril.
La orden de confinamiento ha llegado después de que las autoridades de Shanghái, aún el sábado, negaban tener intención de adoptar esta medida, la mayor disrupción de la vida de la ciudad relacionada con la pandemia. El domingo, Shanghái detectó 3.450 casos asintomáticos, una cifra récord que supone casi el 70% de los 5.134 casos notificados en China.
«Contener un rebrote a gran escala en nuestra ciudad es muy importante porque, una vez contagiadas, las personas son puestas bajo control, hemos bloqueado la transmisión», ha explicado Wu Fan, integrante del equipo de expertos en Covid de Shanghái.
El confinamiento de Shanghái llega dos semanas después de que se decidiera confinar la ciudad de Shenzhen, con 17 millones de habitantes, en el sureste del país, en el peor brote de Covid-19 y posiblemente una nueva variante más peligrosa, que ha tenido China en los últimos dos años.