jueves, 31 de octubre del 2024

La explicación de hace siete años necesaria para comprender el conflicto actual en Ucrania

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Beatriz Talegón
Beatriz Talegón
(Madrid, 5-5-1983) Licenciada en Derecho por la UAH, estudios en economía del desarrollo por la LSE en Pekin. Analista política. Ex Secretaria General de la Unión Internacional de Jóvenes Socialistas Actualmente colabora como analista política en distintos medios de comunicación (prensa escrita, radio y televisión).
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José Antonio Egido, doctor en sociología y experto en geopolítica, intervino en el mes de mayo de 2014 en Telesur.

En ese momento se estaban produciendo los procesos de autodeterminación de Donestk  y Lugansk. 

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La explicación que da este experto se circunscribe al momento en que se produce la entrevista: recién proclamadas las repúblicas de Donestk y Lugasnk, solicitaban su entrada en la Federación Rusa, algo que desde el Kremlin se paró.

Señala el experto que «las autoridades de la junta de Kiev nacen de un golpe de Estado fascista apoyado por Washington». 

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Escenarios posibles, según señala el experto: hay cuatro regiones que pretendían proclamar su independencia respecto a Ucrania. Odessa, Jarkov, Lugansk y Donestk (que no aceptaron la recomendación que les hizo el presidente Putin de esperar).

Las únicas autoridades legítimas se han proclamado como repúblicas populares, pero el proyecto es que se produzca el referéndum en las otras dos repúblicas populares. Hay que recordar que el día 2 de mayo se ha producido un crimen demencial, cuya responsabilidad es de la junta de Kiev: han sido asesinadas, ya no cuarenta personas en Odessa, sino 116 personas.

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Las últimas informaciones que provienen de un diputado de la asamblea legislativa de Odessa, señalan que los desaparecidos han sido asesinados. Son 116 muertos. Imagínese cualquier gobierno del mundo que sea responsable de haber abrasado  y asesinado a 116 personas. Esto buscaba una finalidad política: frenar el referendum, destruir la cuna de la república popular de Odessa. Hacer lo mismo en Jarkov y con eso evitar la proclamación de una federación de repúblicas populares que ya tiene un nombre: «Novorossiya«, la nueva Rusia.

Busca crear un «cordón sanitario», abrir una línea de defensa frente a una dictadura fascista que se reivindica abiertamente de los neonazis, de los nazis de la Segunda Guerra Mundial y que tiene todo el apoyo de la Unión Europea y de Washington. 

La Unión Europea ha declarado ilegítímos los referendos en los que ha participado la amplia mayoría de la población de la zona del Donbás. No ha condenado el golpe de Estado y apoya a las autoridades ilegítimas que es la junta fascista de Kiev. 

Entramos en una situación muy peligrosa: la junta de kiev, donde colaboran agentes de inteligencia de los Estados Unidos realizando labores de asesoría, en funciones de dirección militar. Según la última noticia, 400 mercenarios de blackwater, la guardia nacional formada por nazis de Private Sector, y los militares ucranianos que no han querido desertar. Ya no es una guerra civil, es una guerra de agresión de una junta ilegítima controlada por los Estados Unidos frente a un nuevo sujeto de Derecho Internacional, que son dos repúblicas.

Puede ocurrir que no sean aceptados en la Federación Rusa: entonces estaríamos en una situación que ya existe en el espacio soviético. Desde el año 92 hay una república que reivindica abiertamente el socialismo soviético, no reconocida por nadie, pero ampliamente existente, que es la República de de Bridnestoive. 

Ucrania vive la destrucción de 20 años de restauración criminal del capitalismo. Pero esas dos repúblicas y esas dos regiones que se han convertido en repúblicas populares son la zona más rica de Ucrania. Son la zona minera, industrial, agrícola donde se concentra el PIB de lo que fue una floreciente república industrial y agroindustrial. Cuentan con la simpatía y con la solidaridad activa de lo que fue el segundo país más grande de la historia, la URSS. Hay un gran movimiento en todos los territorios de lo que fue la URSS en solidaridad con lo que son sus hermanos, no de raza, de principios políticos.

No quieren vivir bajo la bota de los asesinos nazis que fueron derrotados por sus abuelos en 1945.

Señala el experto que la respuesta pacífica de la población de Odessa y Mariupol, acudiendo a votar, es lo que desespera a Washington.

El gobierno de Putin, señala Egido, tiene una presión importantísima de su pueblo y de la oposición comunista para que no deje solas a las repúblicas populares del este de Ucrania. Ahora se ha producido la incorporación de Crimea, que ya perteneció a la URSS, y vamos a ver si Putin acepta la presión del pueblo ruso, del pueblo de Bielorrusia, de Letonia, de Kazajistan, de todas las nacionalidades para que esos millones de ciudadanos ucranianos no sigan el destino de los abrasados de Odessa.

Cuanta más presión se establezca contra Rusia, más alianza se creará con China, según el experto «para hacer frente a la arrogancia de los Estados Unidos«.

 

 

 

 

 

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