El pasado fin de semana el operador del sistema RTE en Francia anunció la tensión del suministro eléctrico. El gobierno francés ha respondido con la denominada «alerta naranja» que ha permitido que tanto empresas como particulares redujeran su consumo energético en los momentos más delicados.
RTE anunciaba un pico de consumo de unos 73.000 MW alrededor de las 9.00 horas (se produjo a las 8.45) pero el consumo fue menor del esperado: 71.600 MW. Una reducción que Eleconomista explica porque los particulares, las empresas y las autoridades locales pospusieron el uso de sus máquinas y bajaron la luminosidad de los comercios.
Las decisiones tomadas de manera conjunta han permitido reducir 800MW, el equivalente a dos veces el consumo de la ciudad de Montpellier y el equivalente a la potencia de un reactor nuclear.
Además, se ha activado el sistema de interrumpibilidad francés y con la importación de electricidad de países vecinos.
RTE no prevé una nueva señal para los próximos días, ya que el aumento de las temperaturas servirá para una necesidad menor de energía.