Naciones Unidas ha alertado de que hasta 181 millones de personas en 41 países podrían verse afectadas de manera directa debido a la escasez de alimentos que se producirá este año a causa del conflicto entre Rusia y Ucrania.
«La comida nunca debe ser un lujo; es un derecho humano fundamental. Y, sin embargo, esta crisis puede convertirse más rápidamente en una catástrofe alimentaria de proporciones globales», señala el informe realizado por el Grupo de Respuesta a la Crisis Alimentaria, Energía y Finanzas publicado ayer miércoles por Naciones Unidas.
Según la ONU, la situación podría generar un problema global que iría más allá de este año en curso, pudiendo generar un empeoramiento de la situación, que ya contaba con desnutrición crónica de 19 millones de personas en el próximo 2023.
«La crisis alimentaria de este año se debe a la falta de acceso. El próximo año podría ser por la falta de alimentos», subrayó el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien recordó que la cifra de las personas que se encuentran en situación de inseguridad alimentaria se ha duplicado en los últimos dos años.
Precisamente ayer se mantuvo una reunión en Ankara entre los ministros de exteriores turco y ruso para poder garantizar la salida de cereal por los puertos ucranianos. Para ello, Rusia se comprometió a facilitar la seguridad de estos barcos, pero se exigió también que Ucrania elimine las minas instaladas para poder garantizar la seguridad.
De la misma manera, Rusia también denunció el incendio en Mariupol de un silo que contenía 50 toneladas de grano por parte de las tropas ucranianas.