La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, acaba de anunciar al Parlamento la convocatoria de un nuevo referéndum consultivo (no vinculante) sobre la independencia que tendrá lugar el 19 de octubre de 2023.
La primera ministra escocesa ha señalado que «el mandato democrático del pueblo escocés es bien claro».
El primer ministro de Reino Unido se ha enfrentado a Sturgeon en reiteradas ocasiones, especialmente desde que la primera ministra escocesa fuera revalidada (a un escaño de la mayoría absoluta), precisamente ante la promesa de celebrar una nueva consulta. Boris Johnson, por su parte, ha repetido en varias ocasiones su postura negativa a este referendo.
El bloqueo que ejerce Johnson precisamente hará que la consulta será meramente una pregunta abierta, sin efectos. El hecho de que no sea vinculante es fundamental y se llevará a cabo sin la autorización de Londres.
Laboristas y conservadores en frente
Los dos partidos tradicionales británicos, laboristas y conservadores, se han posicionado de manera conjunta contra la iniciativa anunciada por Sturgeon.
Desde su punto de vista, la primera ministra debería centrarse en el aumento del coste de la vida que afecta a todos los habitantes de Escocia, en lugar de querer dividir a la población. Tulip Siddiq, ministra de economía en el gobierno en la sombra, ha dicho que no es el momento adecuado para ello.
El presidente del partido conservador escocés, Craig T. señaló que el tema debe ser relegado a un segundo plano para poder enfocarse en resolver la crisis económica actual, y cuestionó además la legalidad de celebrar otra consulta sobre la independencia de Escocia. Se refiere expresamente a la necesidad de contar con el visto bueno del gobierno británico para desarrollarlo.
El resultado del referéndum hecho en 2014 presentó un 55% de los votos a favor de permanecer en Reino Unido. Desde el independentismo se recuerda también que en 2020 un 62% votaron a favor de permanecer en la Unión Europea y esto no fue tenido en cuenta por el actual gobierno.
