Histórico e inasumible. Los precios se disparan y la tasa de inflación supera ya los dos dígitos. En junio, el IPC avanzado ha subido hasta el 10,2%, un nivel que no se veía desde antes de la crisis del petróleo, en 1985. De confirmarse, cuando salga el dato definitivo dentro de unos días, supondría un aumento de un punto y medio en la tasa anual, ya que en mayo los precios subieron un 8,7%.
En relación al mes de mayo, el aumento de los precios ha sido del 1,8%. Este incremento se ha debido, principalmente, al encarecimiento de los carburantes, mayor este mes que en junio de 2021, y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), también influye el incremento de los precios de los hoteles, cafés y restaurantes, superior al del pasado año.
Es el primer dato que se publica desde que entró en vigor el tope del precio del gas. La llamada excepción ibérica empezó a aplicarse el 15 de junio. La rebaja no ha sido tan acentuada como se preveía, porque la ola de calor y el aumento de la demanda la han atenuado.
El dato se enmarca en un contexto de inflación disparada en el conjunto de la Unión Europea y el anuncio del Banco Central Europeo de controlarlo con una subida de tipos. Este julio, la subida será de 0,25 puntos básicos, y en septiembre podrían llegar a subirse 0,50 puntos, si la inflación persiste. Se trata de frenar la actividad, reducir la demanda y, a la larga, contener precios.
En este sentido, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que se irá lo más lejos posible para controlar los precios, que están en máximos históricos.
