La presidenta del Parlament, Laura Borràs, se ha afianzado en su inocencia y ha vuelto a decir que no piensa dimitir. Denunció que es víctima de una persecución política que se demuestra con la desproporción de la pena que pide la Fiscalía.
En un escrito que se hacía público este jueves, el ministerio fiscal pide 6 años de cárcel y hasta 21 años de inhabilitación a la presidenta del Parlament por, supuestamente, haber fraccionado contratos cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas, cosa que habría beneficiado a un amigo suyo.
La Fiscalía considera que Borràs prevaricó y cometió un delito de falsedad documental, pero descarta los delitos de malversación y fraude.
«Me parece que es evidente que la persecución política se mantiene y se evidencia en la desproporción de las penas que se me piden. Me sublevo y me indigno porque yo no soy culpable de eso que se me acusa. Hice mi trabajo, sí, y lo hice bien hecho, sí, lo hice muy bien hecho. Parece que hay quien todavía no lo ha entendido: no voy a dimitir de mi cargo de presidenta del Parlament de Catalunya.»
Por su parte el secretario general de Junts, Jordi Turull, expresó el «apoyo granítico» del partido a Borràs y pidió a los partidos independentistas hacer frente común. «O el independentismo se planta o pone alfombra roja en la represión», ha dicho.
«El mal está hecho»
Borràs ha señalado que la causa pierde «fuerza» por el archivo de dos de los cuatro delitos que le imputaban y considera que este hecho demuestra aún más la persecución política a la que está sometida.
«Después de cuatro años de soportar la etiqueta de corrupta, ladróna y malversadora, ahora la Fiscalía dice que no. Mucha gente me ha condenado sin siquiera necesitar juicio. ¿Quién me resarce? ¿Dónde está la reversibilidad?».
Y ha pedido «una reflexión» a quien «con demasiada ligereza y frivolidad» ha dado por buenas acusaciones «que ni la fiscalía considera consistentes».
«El mal está hecho», dijo, e insistió en que tampoco cometió los otros cargos de los que se le acusa y apeló a la presunción de inocencia. «La presunción de inocencia debería ser sagrada porque la presunción de culpabilidad es especialmente malévola», ha dicho.
Redes:
Un ejemplo de no persecución.
Ana Botella, que mal vendió pisos públicos a la buitre de su hijo. Fue condenada al pago solidario de más de 20 millones de € y ahí está tomando el sol en su casoplón ilegal… Su amiga del supremo la absolvió…
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