César, el agente de la Policía Nacional Española acusado de matar a la pareja a tiros con su arma en Olot (Girona), en la madrugada del 20 de abril del 2019, se enfrenta a 24 años de cárcel. La fiscalía y la acusación particular le atribuyen un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de género porque fue un crimen machista: “El acusado disparó y mató a la pareja para demostrar su dominio y superioridad en la relación que tenían”.
Según el escrito de acusación del fiscal, acusado y víctima llevaban más de un año pareja. Poco después de las tres de la madrugada, y durante una discusión, el policía golpeó a la mujer, cogió la pistola de una mochila y abrió fuego contra ella cuando estaba aturdida sentada en una silla y sin poder defenderse.
Según recoge el escrito de acusación del fiscal Enrique Barata, acusado y víctima tenían una relación sentimental desde hacía más de un año. Él era agente de la Policía Nacional destinado en Camprodon (Ripollès). La noche del 19 al 20 de abril del 2019 estuvieron juntos hasta que, ya de madrugada, decidieron ir a casa de la víctima, situada en la calle Virgen de la Guía de Olot.
La mujer llegó primero. Según la cronología que ha podido establecer la investigación, sobre la una y media de la madrugada ya estaba en casa. El procesado, apunta el fiscal, acudió primero a Camprodon y llegó al domicilio entre las 2.15 y las 3 de la madrugada del 20 de abril. Ya llevaba, sostiene Barata, la pistola reglamentaria en una mochila: “La víctima desconocía que su pareja llevara el arma cargada, de madrugada, y después de haber discutido”.
La acusación remarca que la víctima no pudo prever en ningún momento que el acusado tuviera intención de utilizar la pistola. Sobre las 3.12 horas de la madrugada, sigue relatando el fiscal, el acusado llegó a casa de la víctima. La mujer abrió la puerta pero poco después reanudaron la discusión. “El acusado, tras agredirla causándole contusiones en la zona ocular y en la cabeza, recibió el impacto de una botella de vidrio lanzada por la víctima”, expone el fiscal Enrique Barata que añade que fue entonces cuando el agente abrió la mochila y cogió el arma.
«Con la intención de acabar con la vida de la víctima, cogió la pistola reglamentaria, cargada, se acercó a su pareja y la encañonó», relata la acusación pública. Según el fiscal, en ese momento la víctima estaba “aterrorizada y sentada indefensa en una silla en un rincón de la cocina, cerca de la terraza. El procesado disparó «varias veces y a corta distancia». Los disparos impactaron en el cráneo y en la parte superior del cuerpo de la mujer, que no pudo defenderse y murió como consecuencia de los disparos.