La periodista en prensa del corazón Pilar Eyre acaba de contar una anécdota del rey Felipe VI «el preparado» que hace recordar en manos de quien está España: una persona consentida y malcriada, un niño pijo de 54 años. Que no conoce nada, y no se entera de nada. Solo de lo que le apuntan o teledirigen.
Escribe Eyre en su punzante blog de Lecturas qué hizo Felipe cuando fue a visitar a su familia política, la madre de su suegra, la abuela de Leticia, en Asturias. Un detalle que explica cómo es el rey en realidad. Eyre explica como se comportó en la cocina de una casa mucho más humilde que las que frecuenta:
«Me contaban hace poco en Asturias que la primera vez que Felipe fue a ver a la abuela de su novia le preguntó si podía ir el personalmente a coger las bebidas del frigorífico. La nieta le aclaró a Menchu el porqué de este capricho: «no ha abierto una nevera en su vida y le hace ilusión.»
Desde el salón en completo silencio oyeron el clic clic de la puerta del frigorífico al abrirse y cerrarse. «Varias veces». O sea, abriendo y cerrando el frigorífico repetidamente en un gesto que puede realizar una persona normal varias veces al día. El rey nunca lo había hecho hasta los 40 años. Así de «preparado» o mejor dicho, sobreprotegido, pijo y banal es el jefe del Estado español.