Alemania podría estar a punto de enfrentarse a una oleada de disturbios masivos de cara al próximo otoño. Las protestas contra las medidas adoptadas ante la crisis energética podrían tener una escalada en la tensión social, según ha informado un jefe regional de la agencia de seguridad nacional alemana.
Las declaraciones las ha dado Stephan Kramer, director de la BfV en el estado alemán de Turingia. Y ha alertado de la necesidad de que Alemania se prepare para acoger «protestas legítimas» ante la crisis energética y económica. Sobre todo, ha alertado de la posibilidad de que grupos de extremistas se infiltren en las protestas y generen altercados de gravedad.
Unas declaraciones hechas en la emisora de radio ZDF el miércoles, cuando fue preguntado sobre lo que se podía esperar, a nivel de «estallido social» cuando comience el frío y las medidas de recortes y contención para intentar ahorrar consumo energético se pongan en marcha. El responsable de seguridad explicó que las protestas vendrán producidas por «la escasez de gas, los problemas de energía, las dificultades de suministro, la posible recesión, el desempleo, y también por la creciente pobreza que afectará a la clase media».
Sobre los grupos de infiltrados que están siendo objeto de seguimiento, señaló que se trata de «pensadores laterales» que ya han participado anteriormente en otras manifestaciones contra las restricciones impuestas en la pandemia del coronavirus.
«Si tales escenarios se materializan, es muy probable que nos enfrentemos a protestas masivas y disturbios», señaló. Apuntaba a la situación de un estado de ánimo general muy alterado, que viene de haber aguantado ya mucha presión durante la pandemia. Un estado de ánimo que puede escalar fácilmente y llegar a estallar. Ya lo denominan «otoño caliente».
Una advertencia de este experto a la población: pensar cuidadosamente a qué manifestaciones acude, y mantenerse alejado de aquellas que no garanticen ser pacíficas.