La politizada justicia española sigue con sus problemas enquistados. El presidente del Tribunal Supremo (TS) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, se plantea dimitir para forzar la renovación del órgano de gobierno de los jueces, según ha admitido en conversaciones con la prensa tras el acto de apertura del año judicial.
El magistrado ha asegurado que está dispuesto a dimitir pero ha subrayado que, de momento, no es una decisión tomada, sino una opción. Ha precisado, además, que no dejaría el cargo hasta que las negociaciones en el Consejo estén encaminadas a un acuerdo para nombrar a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponden.
De dimitir le sustituiría en el CGPJ el vocal más antiguo, que sería Rafael Mozo. En el caso del Tribunal Supremo asumiría su cargo el magistrado más antiguo, el presidente de la Sala Primera, Francisco Marín.
En el marco de su discurso de apertura del año judicial, Lesmes descartó la posibilidad de una «renuncia colectiva» de los vocales y del presidente del Consejo y reprochó a quienes insinúan que de no hacerse se estaría poniendo de manifiesto un comportamiento «poco responsable». Señaló, sin embargo, que una renuncia individual sí sería «admisible».