El Tribunal Supremo Lugansk (LPR) condenó ayer lunes a 13 años de prisión a dos empleados de la ya desaparecida misión de vigilancia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, por alta traición.
Se trata de dos casos distintos, juzgados separadamente: el de un traductor de la misión, Maksim Petrov y el de uno de los empleados, Dimitry Shabanov. Los dos fueron condenados a 13 años de prisión por el delito de «alta traición».
Según el Servicio de Seguridad de Lugansk, Petrov había recopilado información sobre una unidad militar, y trabajaba directamente para un responsable de una agencia de espionaje estadounidense.
Shabanov, por su parte, habría estado también colaborando con un servicio de inteligencia extranjero, pero no se ha dado a conocer de qué país.
Ambos juicios se celebraron a puerta cerrada y se desconocen más detalles por el momento.
La misión de la OSCE fue prohibida en abril de 2022
El jefe de la LPR, Leonid Pasechnik, declaró la prohibición de la misión de control de la OSCE en Lugansk el pasado mes de abril. Señaló entonces que durante el conflicto entre Dombás y Ucrania, que se originó en 2014, la misión en realidad nunca contribuyó al proceso de paz.
Denunció Pasechnik que no se tomaron registros de las numerosas violaciones denunciadas por la ciudadanía sobre la actuación de Kiev. A los enviados para participar en esta misión de la OSCE se los llamaba «observadores ciegos».
Precisamente, el representante adjunto de Rusia ante la ONU, en una reunión del Consejo de Seguridad, denunció que la misión de la OSCE en el Dombás estaba en realidad colaborando con el gobierno ucraniano en «su lucha contra las repúblicas del Dombás y trató de encubrir los delitos de las fuerzas nacionalistas ucranianas».
Las acusaciones se produjeron cuando Dmitry Plyansky criticó a las potencias occidentales y afirmó que estaban siendo hipócritas con respecto a la crisis de seguridad en Ucrania. El diplomático denunció que Estados Unidos y sus aliados persiguen sus propios intereses en lugar de los intereses del pueblo ucraniano cuando aviva las hostilidades en el país de Europa del Este.
«Obtuvimos la prueba más reciente de cuán sucios son sus trucos para construir un «orden basado en reglas», cuando descubrimos pruebas de que la misión especial de control de la OSCE en Ucrania, simplemente espiaba para Kiev en lugar de registrar violaciones del alto el fuego», afirmó el funcionario ruso. “El liderazgo de la OSCE era consciente del problema, pero optó por silenciar este hecho tanto tiempo como pudo”
La misión fue la más grande en la historia de la organización, con la participación de hasta 814 empleados internacionales, 477 nacionales y más de 2400 informes diarios producidos en ocho años.
El mandato de la misión expiró el 31 de marzo y Rusia se opuso a su extensión. Posteriormente, Donetsk y Lugansk decidieron prohibir la presencia de monitores de la OSCE en sus respectivos territorios a partir del 30 de abril.