Empiezan las obras de remodelación de la Rambla de Barcelona. La primera fase arranca este lunes, en el tramo final, desde el monumento de Colón hasta Santa Madrona. El objetivo es que cuando se acaben las obras el paseo se convierta en un espacio más amable para los peatones.
Se invertirán unos 10 millones de euros y en total se actuará sobre unos 23.000 metros cuadrados. Sin embargo, el coste de la remodelación total de la Rambla se calcula que será de 44 millones y medio de euros, con una duración de ocho años.
Mientras duren las obras no se ocupará simultáneamente ambos lados del paseo. Además, cuando se actúe en los viales de subida y bajada se hará por mitades, de forma que siempre quedarán garantizados los accesos y el paso del tráfico vecinal, servicios, bicicletas y vehículos de emergencia, así como los desplazamientos a pie. También se podrá acceder a los aparcamientos y no habrá ninguna afectación en el transporte público.
Mientras duren las obras de la primera fase, la decena de estatuas humanas que habitualmente se encuentran en este espacio se situarán en el tramo inmediatamente superior. También se reubicará temporalmente el quiosco que queda afectado.
La remodelación del tramo final de la Rambla es la primera fase de las cinco en la que se ha dividido la obra. Las cuatro posteriores se ejecutarán más adelante, una vez terminada la primera, y son: Santa Madrona-Arco del Teatro, Arco del Teatro-Liceo, Liceu-Portaferrissa y Portaferrissa-Canaletes.
Entre otros cambios, se crearán tres grandes plazas o espacios singulares: Moja-Betlem, el Pla de la Boqueria y el Pla del Teatre. Se establecerá un solo carril de circulación en cada sentido, reservado para vecinos, bicicletas y transporte público. Por tanto, no podrán circular vehículos privados. Las aceras tendrán un mínimo de 3 metros de ancho para favorecer el comercio y recuperar a los vecinos.
Además, no habrá más asfalto. El pavimento será de piezas de distintos formatos de piedra natural e irá de fachada a fachada. La sección rodada será continua y regular a lo largo de todo el paseo, con un solo carril de circulación por banda de 3,5 metros de ancho restringido al tráfico vecinal, servicios, mercancías y aparcamientos.
Habrá tramos con un cordón de servicio de 2,80 metros que será reversible en la mayor parte, y se incorporarán elementos de seguridad, como pilones en los extremos, en los espacios más grandes y en los vados peatonales de todo el paseo.
Habrá cerca de un centenar de árboles, 21 de los cuales serán nuevos, y los alcorques serán más anchos. Para generar espacios de estancia se instalarán más de 100 bancos y el alumbrado se unificará con un único diseño, más simple y funcional.