Brutal giro en la muerte que publicamos hace una semana desde Las Repúblicas sobre Albert Solà, el hombre que siempre ha asegurado ser hijo del Rey Don Juan Carlos. El hombre, de 66 años, falleció el pasado sábado de manera repentina en un bar que frecuentaba habitualmente.
Ahora se ha descubierto que las cámaras de seguridad de ese local fueron manipuladas por una camarera, 50 minutos antes de que este cayera desplomado hasta 50 minutos después del trágico hecho. Lo que hizo que hizo que no se pudiera captar ni registrar la muerte del Solà. Una noticia sorprendente.
Sobre todo después que se reconociera que su muerte iba a ser investigada a pesar de que todo apuntaba a que hubiera muerto de forma natural. Pero, ¿por qué se han manipulado las cámaras de seguridad que registraron todo lo ocurrido momentos antes y después de su fallecimiento?, se preguntan todos.
Estaba previsto que Albert Solà fuera entrevistado en directo este pasado sábado en el programa «Salvame», de Telecinco, especialista en el mundo de la farándula, famoseo, casa reales, etc. donde iba a hablar de nuevo sobre Juan Carlos I, y no precisamente bien.
Lo que ha hecho avivar los rumores sobre esta información que ha adelantado esa cadena de TV. Tambien revistas del mismo tipo, como Lecturas, que hablan de Ingrid Sartiau, su posible hermana y también supuesta hija bastarda del rey emérito.
Hay que recordar que cuando Solá contaba la historia de su vida, marcada por una vigilancia que llegó a atormentarlo y por un hecho definitorio, afirmaba que una prueba de ADN basada presuntamente en una muestra de saliva del rey, aportada por un supuesto colaborador del CNI, demostraba el irrefutable parentesco entre ambos.
El equipo de ‘¿Quién es mi padre?’ ha tenido acceso en primicia al informe preliminar de la autopsia de Albert Solà. Según el documento que la periodista Carlota Corredera leía esta afirmó: Oficialmente, la causa de la muerte de Albert Solà no sería otro que el de un infarto de miocardio.
Con este resultado, la investigación quedaría cerrada y la muerte de Albert Solà archivada para el Estado, siempre y cuando que la familia no solicite la realización de una segunda autopsia: «Los ánimos en el entorno de Solà están muy caldeados, es muy probable que se planteen pedir un segundo análisis del cadáver«.
