La Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional ha condenado a 8 años y 9 meses de cárcel por delitos de homicidio en grado de proposición y depósito de armas de guerra al vigilante de seguridad Manuel Murillo, que propuso a través de WhatsApp asesinar al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Con una «determinación inquebrantable» de hacerlo «para producir un cambio» en la coyuntura política» de España.
Los magistrados estimaron un recurso de la Fiscalía e incrementaron en 15 meses la condena inicial de 7 años y 6 meses que le había impuesto la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal. Con todo, los jueces han evitado imponerle la petición de prisión de la Fiscalía -que pedía otros tres años de cárcel- atendiendo a las «circunstancias personales» del condenado.
La sala da por buenos los hechos probados de la sentencia inicial, que recogen que Murillo participaba en un grupo de WhatsApp en el que a partir de junio del 2018 publicó mensajes contra la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. Durante estos meses, y hasta su detención en septiembre del 2018, expresó al grupo y de forma privada su intención de asesinar a Pedro Sánchez.
Según la sentencia, Murillo acabó interiorizando que la forma para producir un cambio de la situación política implicaba matar a Sánchez, y empezó a buscar ayuda para cometer el asesinato. Como tal, tomó conciencia de que para «volar cabezas» debería haber «más organización» para causar «terror».
Además de sus manifestaciones, contaba con numerosas armas, algunas modificadas, y de munición. El juzgado ha valorado como circunstancia de alta peligrosidad a Murillo todas las armas que le fueron incautadas: en total, 13 legales y siete prohibidas, entre las que hay un arma de guerra, el fusil CETME.
Llegó a recibir la agenda del presidente del gobierno español y proponía a sus interlocutores formas para cometer el delito. Por eso los magistrados consideran que el arsenal de armas, la radicalidad ideológica de sus escritos y el hecho de que entrenase en una galería de tiro «refuerzan la tesis de un peligro redoblado».