Las autoridades recibieron numerosas llamadas al 911 a partir de las 11:57 p.m. y respondieron a la escena en el Club Q, dijo la teniente de policía de Colorado Springs, Pamela Castro. “Localizaron a un individuo adentro que creemos que es el sospechoso”, afirmó Castro. “En este momento, el sospechoso está siendo tratado, pero está bajo custodia”.
En un comunicado en las redes sociales, Club Q dijo que estaba «devastado por el ataque sin sentido a nuestra comunidad» y agradeció «las rápidas reacciones de los heroicos clientes que sometieron al atacante y terminaron con este ataque de odio». La policía no dio a conocer detalles de cómo terminó el tiroteo, pero Castro dijo que “no fue un tiroteo en el que participó un agente”.
La ubicación del tiroteo recuerda al ataque de 2016 en un club nocturno LGBTQ en Orlando, Florida, en el que un hombre armado que juró lealtad al Estado Islámico mató a 49 personas e hirió al menos a 53, como recordaba la CNN en español.
Tambien hay que recordar que Colorado ha sido escenario de algunos de los tiroteos masivos más atroces en la historia de Estados Unidos, incluido el tiroteo de 1999 en Columbine High School y el tiroteo en el cine de 2012 en Aurora.
La policía se negó a hablar sobre un posible motivo en este último tiroteo. El gobernador de Colorado, Jared Polis (D), el primer gobernador abiertamente gay del país, reaccionó al tiroteo calificándolo de «repugnante».
“Esto es horrible, repugnante y devastador. Mi corazón se rompe por la familia y los amigos de las personas perdidas, heridas y traumatizadas en este horrible tiroteo”, dijo Polis en un comunicado, según su oficina.
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