El Gobierno español no tiene intención de convocar la mesa de diálogo en las próximas semanas, como reclamaba la Generalitat. El entorno del presidente español Pedro Sánchez asegura que dan por «consumado» el diálogo, tras la aprobación de la reforma del Código Penal que deroga el delito de sedición y modifica la malversación.
La prioridad para el ejecutivo español es encarar un año electoral en el que quiere hacer bandera de las medidas para hacer frente a la crisis. Asimismo, quita hierro a la encuesta del CIS, donde el PP recorta dos puntos en las mismas fechas en las que se negoció la sedición, porque cree que los acuerdos con ERC no tendrán efectos electorales.
La unidad del independentismo y la unilateralidad, sostienen, son historia, y hoy en Catalunya se cumple la Constitución. «El proceso ha terminado» El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ya apuntó este miércoles en la sesión de control del Congreso que el propio independentismo admite que el proceso «ha terminado».
Un discurso que su entorno combina con los efectos de decisiones como los indultos y la reforma de la sedición, que han contribuido a allanar, sostienen, una situación política grave heredada del gobierno del PP.
Igualmente, desde la Moncloa cierran la puerta a la propuesta de ERC sobre la celebración de un referendo pactado. Una opción que descartan categóricamente porque carece de cabida en la Constitución española y, además, creen que el debate ya “está cerrado”. Según el ejecutivo español, los catalanes han dado muestras de que prefieren proyectos integradores, «y no divisivos».
