Parece que nadie tuviera prisa por acabar la contienda. La única realidad remarcable con ‘datos’ en la guerra de Ucrania, es que la línea del frente no se ha movido durante los últimos 10 meses. Los rusos están atrincherados en sus trincheras, que se extienden a lo largo de las ondulantes colinas de tierras de cultivo de tierra negra. Ahora no van a ir a ninguna parte, dicen los soldados y así lo publica, entre otros, el diario británico The Guardian.
Es posible que Ucrania esté a la espera del material bélico, como los carros de combate Leopard II europeos o los M1 Abrams estadounidenses y, los rusos esperen a tener más unidades de sus tanques Armata. En cualquier caso ambos bandos esperan lo peor. Las fuerzas armadas rusas declararon hace unos días que habían lanzado una nueva ofensiva en la región de Zaporizhzhia, pero los soldados ucranianos parecían imperturbables.
Es invierno y solo se tantean en el terreno. Diferentes medios indican que algo se respira y pronto va a tener lugar una gran batalla de fuerzas. “Hay más actividad en las últimas semanas con bombardeos de artillería e incluso de tanques, pero no envían infantería al otro lado de la línea porque tienen miedo”, dice Vitaly, sargento mayor de la 56ª brigada de infantería motorizada de Mariupol, que mantiene la línea alrededor de esta ciudad a 60 millas (100 km) al este de la ciudad de Zaporizhzhia.
Sin embargo, Vitaly reconoció que la fila congelada comenzaba a calentarse. El número de proyectiles y cohetes entrantes en este segmento del frente sur se ha más que duplicado este mes a 4.000 por día. Dos semanas antes, los rusos habían enviado dos veces un puñado de tanques para sondear las líneas ucranianas solo para retroceder bajo el fuego. Tarde o temprano, lo más probable en los próximos meses, un lado hará su movimiento y tratará de romper el punto muerto existente.
A nadie se le escapa que Rusia está aumentando implacablemente sus fuerzas, mientras que Vladimir Putin está moviendo la economía hacia una situación de guerra para producir nuevos tanques y misiles. El jefe del estado mayor general ruso, Valery Gerasimov, ha sido puesto a cargo directo de las operaciones ucranianas, una medida que muchos analistas ven como presagio de una gran ofensiva.
Ya sea que llegue aquí o en algún otro lugar a lo largo de la línea del frente de 750 millas, se espera que la tormenta estalle esta primavera, marcando el comienzo de lo que puede resultar ser la fase más intensa de la guerra hasta el momento. La pregunta es: quién atacará primero y dónde. Los combatientes lo intuyen. “La gran batalla será esta primavera, o incluso antes”, dijo Vitaly…