Hace unos días se destapa desde La Directa, que un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) español ha estado infiltrado durante tres años en los movimientos sociales de Barcelona. Se incorporó al centro social La Cinétika en 2020 y estableció relaciones sexo-afectivas instrumentales con mujeres que le facilitaban participar en asambleas, jornadas y manifestaciones”. Ahora se ha interpuesto una querella contra dicho agente.
Vimos en su día, con ocasión del espionaje realizado con el software Pegasus, que la Ley reguladora del Centro Nacional de Inteligencia le habilita para realizar las actuaciones que permitan prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la independencia o integridad territorial de España, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de derecho y sus instituciones”, según dicen desde Madrid.
Pero la Ley Orgánica reguladora del control judicial previo del Centro Nacional de Inteligencia dice que “el Director del CNI deberá solicitar al Magistrado del Tribunal Supremo competente, autorización para la adopción de medidas que afecten a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comunicaciones”. No se habla de otras medidas y, en este caso, parece que se ha ido más allá.
Cinco féminas activistas que participaban en organizaciones y movimientos sociales de Barcelona en las que se infiltró el agente han presentado una querella contra él y el superior jerárquico por los delitos de abusos sexuales continuados, tortura y contra la integridad moral, descubrimiento y revelación de secretos y impedimento del ejercicio de derechos cívicos.
El agente se acercó a las militantes de estos movimientos sociales ganándose su confianza por medio de relaciones sexo-afectivas, lo que consideran muy grave. “La conducta de Daniel Hermoso Pérez no sólo transgrede los límites legales de la actuación de infiltración de los cuerpos policiales, sino que traspasa límites éticos, atentando contra el núcleo esencial de esas mujeres y su autonomía sexual”, dice la querella.
Ahora el Ministerio de Interior español ha premiado al agente de la policía española con trabajar en una embajada. Los puestos en estos destinos suelen ser los más demandados por los agentes de la policía y de la Guardia Civil porque conllevan sueldos muy altos. El mínimo suele rondar los 10.000 euros mensuales pero puede aumentar si es una ciudad muy importante, muy lejana o muy peligrosa. Con estos pluses, los sueldos pueden duplicarse y alcanzar los 20.000 euros mensuales… Las redes sociales han explotado…
Este policía se llama Daniel Hermoso Pérez y se infiltró 3 años en movimientos sociales de izquierdas para mantener relaciones sexoafectivas con activistas en Catalunya. Marlaska lo ha premiado y ha sido ascendido con plaza en la embajada por más de 10.000 euros mensuales. pic.twitter.com/ccHyW4CNmn
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) February 3, 2023