No, no es un chiste del humorista Gila, que utilizaba la cruda realidad de la guerra para hacer sorna trivial en sus graciosas historias. Pero es que la crisis técnica ferroviaria ha provocado un verdadero incendio político. El diagnóstico es claro: los trenes diseñados para Cantabria y Asturias no caben en los túneles y los usuarios sufrirán un retraso de dos o tres años en un proyecto que comenzó a tramitarse a principios de 2019.
El Ministerio de Transportes y Renfe conocieron que los nuevos trenes para, sobre todo, Cantabria y Asturias por valor de 258 millones no cabían por los túneles ya hace al menos año y medio. Un documento de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria de septiembre de 2021 prueba que se había identificado ya con creces entonces el problema y se perfiló ya la solución que ha terminado adoptándose y anunciado ahora, indica La Nueva España.
En el proceso de licitación, Renfe envió un pliego de requisitos técnicos a la empresa que se llevó la adjudicación para que diseñase y fabricase los nuevos trenes.Hay un documento clave, que es la Declaración sobre la Red, de Adif, tomando como referencia la de 2019 por su cercanía al proyecto-, donde se habla de los gálibos ferroviarios, las dimensiones de los vagones para que circulen de forma segura por túneles o puentes, entre otros.
Se concluye que habría que cambiar el diseño del ferrocarril para que cupieran por los túneles y, para eso, se definió en la época la receta:»El método comparativo permite obtener el perfil constructivo máximo del vehículo, partiendo de los datos del vehículo que se pretende fabricar». Es decir, la solución que va a emplear Renfe que es la de utilizar un tren que actualmente circula por las líneas ferroviarias para que sirva de referencia.