China ha probado con éxito un ‘ataque espacial fantasma‘, una nueva táctica para abrumar y sabotear las defensas antimisiles mediante la emisión de señales de objetivos falsos desde el espacio, más propio de la saga ‘Star Wars’. Sin embargo, el estudio de la fuerza fantasma ha despertado el temor de que dicha tecnología pueda desencadenar una respuesta nuclear agresiva.
Los ingenieros militares anunciaron a principios de este mes que habían completado una simulación por ordenador y habían logrado resultados positivos. La táctica está diseñada para abrumar al enemigo sobre la base de que un sistema de defensa antimisiles solo puede hacer frente a un límite.
Esto puede conducir al agotamiento de los suministros de armas del enemigo, lo que facilita su destrucción. Con lo que China tendría una gigantesca baza en un hipotético enfrentamiento nuclear. En la simulación virtual, se lanzó un misil balístico contra un enemigo que tenía un sistema de defensa antimisiles dando un resultado positivo.
Después de sobrepasar la atmósfera, el misil lanzó tres naves espaciales que contenían equipos de interferencia de radio que captaron señales de la red de radar enemiga y enviaron señales ficticias, lo que provocó que las fuerzas enemigas lanzaran un interceptor.
«Generar huellas fantasma en el espacio es extremadamente difícil», escribió el equipo, según informa el South China Morning Post. «Resolvimos uno de los principales desafíos… con un diseño inteligente» dicen sus responsables.
El equipo fue dirigido por Zhao Yanli, un ingeniero senior de la Unidad 63891 del Ejército Popular de Liberación, una agencia militar con sede en la provincia central china de Henan que desarrolla nuevas tecnologías. Los ataques ficticios se utilizan a menudo en combate para agotar los suministros del enemigo.
El equipo dijo que esta táctica no era factible anteriormente en el espacio. Ahora, los resultados positivos de la simulación les han dado esperanza a medida que mueven el proyecto a la siguiente etapa para enfrentar cualquier desafío de ingeniería.
Los investigadores explotaron un punto débil en las estaciones de radar donde las señales pueden volverse borrosas y cruzarse. La dirección, la velocidad y la formación de las naves espaciales se decidirían antes del lanzamiento y se basarían en la información obtenida sobre la estación de radar del enemigo.
La táctica de combate no es complicada. Después del lanzamiento del misil, la distancia entre las tres naves espaciales aumentaría con el tiempo y alteraría la precisión de las señales ficticias. La cantidad de naves espaciales lanzadas por el misil podría aumentar, según los investigadores, quienes dijeron que más dispositivos podrían generar más señales fantasma para confundir al enemigo.
China tiene significativamente menos armas nucleares que EE. UU. y Rusia y su gobierno ha invertido significativamente en el desarrollo de tecnologías alternativas, como métodos para atacar sistemas de defensa antimisiles. En cualquier caso el gigante asiático da un paso tecnológico brutal.