Al menos diez personas han muerto y más de cien han resultado heridas esta semana durante una redada de las Fuerzas de Defensa de Israel en la ciudad de Nablús, en el norte de Cisjordania, en plena escalada de tensiones entre israelíes y palestinos. Las fuerzas israelíes supuestamente buscaban a los miembros de una célula vinculada con la muerte de un militar en octubre de 2022, según informa el diario ‘The Jerusalem Post‘.
Una serie de líderes judíos estadounidenses están haciendo sonar las alarmas sobre lo que ven como una amenaza a la democracia de Israel planteada por su nuevo gobierno, tal como indica la agencia norteamericana APNews, por temor a que erosione la independencia de su poder judicial y las protecciones legales para los grupos minoritarios.
Si bien algunos líderes judíos descartan que tales temores sean exagerados, una sólida mayoría de los principales grupos judíos estadounidenses están expresando críticas sin precedentes al gobierno israelí, lo que genera temores sobre una creciente brecha entre Israel y la población judía estadounidense predominantemente liberal.
Algunas voces progresistas han ido aún más lejos, diciendo que Israel nunca podrá ser verdaderamente una democracia mientras gobierne sobre millones de palestinos que no tienen derecho a votar, según indica el periodista estadounidense Peter Smith.
Las controversias se producen incluso en medio de un estallido de violencia mortal que involucra a israelíes y palestinos. El miércoles, las tropas israelíes realizaron una incursión en Cisjordania, desencadenando combates que mataron al menos a 11 palestinos y decenas resultaron heridos.
El líder del partido Likud, Benjamin Netanyahu, asumió el cargo de primer ministro en diciembre después de las quintas elecciones del país en menos de cuatro años. Sus aliados de coalición incluyen partidos ultraortodoxos y partidos ultranacionalistas dominados por colonos de línea dura en Cisjordania.