Rapados, descalzos, sin camiseta, con un pantalón corto, con las manos en la nuca y el cuerpo curvado. Así es como 2.000 prisioneros de las bandas de Los Maras han sido trasladados este viernes a la mega cárcel de El Salvador, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), que se inauguró a principios de febrero, como la última apuesta del gobierno en la guerra contra estas bandas.
Ha estado de madrugada y en un solo operativo. Los prisioneros, trasladados desde la cárcel La Esperanza, conocida como Mariona, estaban custodiados todo el rato por policías y, en algunos momentos, esposados de manos y pies.
El presidente del país, Nayib Bukele, que se jacta de haber construido la mayor prisión de América, con 23 hectáreas de construcción y capacidad para 40.000 prisioneros, ha difundido las imágenes del traslado de los supuestos miembros de bandas armadas y ha asegurado que vivirán durante décadas: «Sin poder hacer más daño a la población».
En otro tuit, Nayib Bukele se ha reafirmado en la idea de que, una vez encarcelados en el CECOT, «los terroristas», como los describe, «no dan miedo»: «Los criminales no causan ningún temor, una vez son expoliados de la protección del Estado y de los políticos corruptos y organismos internacionales que los financian y defienden.»
El ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Gustavo Villatoro, ha asegurado que han dado «otro paso contundente»: «Célula a célula estamos eliminando este cáncer de la sociedad. No volverán a salir caminando del CECOT. Pagarán por lo que son… terroristas cobardes.»
Hay que recordar que el presidio fue construido para recluir a parte de los 62.975 pandilleros detenidos bajo el polémico régimen de excepción instaurado por Bukele, como respuesta a una escalada de violencia que se cobró la vida de 87 personas entre el 25 y 27 de marzo pasado.
Con el fin de levantar la cárcel, el Estado compró 166 hectáreas, 23 de las cuales fueron utilizadas para construir ocho pabellones que se encuentran dentro de un perímetro rodeado por un muro de concreto de 11 metros de altura y 2,1 kilómetros, protegido por alambradas electrificadas.
Para ingresar al presidio tanto reclusos como personal de seguridad y administrativo tienen que llegar a zonas de registro antes de pasar por tres portones fortificados controlados por guardias de seguridad. Cada pandillero que llegue, además de pasar por un escáner corporal deberá registrarse en un área de ingreso donde le tomarán fotografías.
Cada pabellón posee un área de construcción de 6.000 metros cuadrados, y en cada una de sus 32 celdas provistas de barrotes de acero, se alojarán “más de cien” pandilleros, explicó el ministro Rodríguez.
En la cárcel, que fue construida en un tiempo récord de siete meses, trabajaron 3.000 personas y la obra fue supervisada por una empresa mexicana. Los reclusos disponen en cada celda -de unos 100 metros cuadrados-, de dos piletas con agua corriente para el aseo personal, y dos inodoros.
Imágenes:
Hoy en la madrugada, en un solo operativo, trasladamos a los primeros 2,000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población.
Seguimos…#GuerraContraPandillas pic.twitter.com/9VvsUBvoHC
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 24, 2023
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