La Comisión Europea bautiza su ambicioso plan con el nombre «Vision Zero». En el 2022 hubo 20.000 muertes en las carreteras europeas en accidentes de tráfico. La mayoría de víctimas eran peatones, ciclistas o motoristas y Bruselas se propone acabar con esta lacra. Se lo propone del todo, de forma absoluta, porque se ha marcado el objetivo de que en el 2050 no haya muertes en las carreteras.
El plan prevé una serie de medidas que hacen hincapié, sobre todo, en los conductores noveles. Lo hace por dos razones: porque aunque las personas menores de 30 años sólo representan un 8% del total de conductores, están involucrados en el 40% de los siniestros. La otra razón es consecuencia de este dato: se quiere facilitar que los jóvenes obtengan experiencia al volante de forma más rápida.
La solución más destacada para ello es que puedan conducir a partir de los 17 años y no a partir de los 18 como hasta ahora. De todas formas, coger un coche, una furgoneta o un camión antes de la mayoría de edad sólo podrá hacerse acompañado de un conductor más experimentado, uno que tenga al menos 25 años y cinco años de carnet.
Y aquí es donde se detecta polémica y los posibles lobbies del trasporte detrás. Se cree que puede ser una buena medida para ir obteniendo esta experiencia y, de rebote, para que los jóvenes se sientan atraídos para trabajar como camioneros profesionales, y es que Bruselas detecta un déficit de conductores de camiones.
Los conductores noveles también tendrán que dar clases teóricas y prácticas, un examen, y se les formará para que sean más cuidadosos con los más vulnerables en carretera, que son los peatones, los ciclistas y los motoristas. Aparte, no se les tolerará ni pizca de alcohol en la sangre. Durante dos años la tasa de alcoholemia permitida será 0.
