Como bien sabemos, y si no se tenien problemas de daltonismo, los semáforos actuales utilizan tres colores: rojo, ámbar (amarillo) y verde. Son colores, que bien por ser conductor de vehículos o bien por ser peatón o por ambas cosas, prácticamente todo el mundo conoce. Pero en un futuro muy próximo, en un escenario de «vehículos autónomos» que se quiere implantar, una cuarta luz está a punto de proyectarse en los semáforos para ‘controlar’ la convivencia y la seguridad con los vehículos conducidos por humanos.
Esta revolución llegará a nuestras calles tan pronto se empiecen a implantar los ‘vehículos robots’ que ya llevan tiempo probando, porque los semáforos de cuatro colores, tal como afirman desde los EEUU, serán necesarios. Al principio nos costará imaginar a qué se refiere la nueva luz que van a incorporar hasta que la veamos en funcionamiento. Hablamos de la próxima luz BLANCA en el semáforo. Aunque aún no sabemos cuándo se implantarán en las principales ciudades del planeta y menos en Europa.
Y ¿por qué blanca? Los ingenieros a cargo de su implantación aseguran que la luz blanca ayudará a los citados vehículos autónomos en un futuro. Su objeto de utilización es simple. Cuando un vehículo autónomo se acerque a la intersección de la que es objeto el semáforo, se activará la luz blanca y estos pararán. Los conductores de coches no automatizados solo deberán seguir los movimientos de aquellos vehículos que le preceden, como hacemos ahora con la luz roja.
Esto quiere decir que si el coche que tienes delante se detiene, y el tuyo es autónomo, este se detendrá automáticamente; lo mismo sucederá cuando el coche convencional de delante entre en la intersección, que los automatizados irán detrás. Es una descripción quizás algo verde de asimilar todavía, porque los coches autónomos siguen siendo ínfimos en proporción con los tradicionales, y más en Europa. Esperaremos a que se haga realidad para asimilarlo. ¿Sera esto el fin del Permiso de Conducir y las Autoescuelas?
Con esta idea de base, ingenieros y urbanistas están ya imaginando las «carreteras del futuro», como un siguiente nivel de paradigma con, por ejemplo, carriles reservados para vehículos robots. «Se trata de coordinar el tráfico en cualquier escenario que involucre vehículos autónomos. Creemos que es importante incorporar una nueva luz en las intersecciones para que los conductores humanos sepan que hay vehículos de este tipo, y sepan lo que se supone que deben hacer cuando se acerquen».
Para ello la inteligencia artificial ya tiene mucho que decir. Los experimentos del equipo, cuyos detalles se publicaron en la revista IEEE Transactions on Intelligent Transportation Systems, que es la que aporta parte de la información, han constatado la funcionalidad de algo así. En las intesivas pruebas los investigadores utilizaron simuladores de tráfico microscópicos, modelos de ordenador diseñados específicamente para recrear las condiciones del tráfico.
Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) ha planteado que este nuevo sistema apostaría porque los coches autónomos, dirigidos mediante Inteligencia Artificial sean los que tomen la decisión de qué hacer en las intersecciones, es decir, detenerse, seguir adelante o girar. Así la luz blanca serviría de aviso para que entre estos coches se coordinaran entre sí para lograr una circulación más rápida, eficiente y ordenada.
Además interactuar entre humanos y maquinas (vehículos) ya tiene otro nivel, por ejemplo con ChatGPT. Todo por reducir los accidentes de tráfico, por tanto, la siniestralidad por colisión en las ciudades, al tiempo que fomentaría el respeto por el medioambiente al lograr reducir las emisiones contaminantes. Por el momento, es un proyecto que ya está bastante avanzado en Estados Unidos, pero no se descarta que el debate se abra muy pronto en Europa. Lo que está claro es que en el futuro, los semáforos serán muy diferentes a cómo los conocemos actualmente…