El presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, ha activado ‘el proceso o procés’ para “dar forma” a su acuerdo de claridad, con el objetivo de que a inicios de 2024, tras debates académicos, políticos, sectoriales y ciudadanos, disponga de una propuesta catalana de referéndum y llevarla ante el Estado.
La habitual rueda de prensa semanal posterior a la reunión del Consell Executiu catalán ha estado protagonizada este pasado martes de forma extraordinaria por el presidente de la Generalitat, que ha esbozado ‘la hoja de ruta’ de su «Acuerdo de Claridad», siguiendo la vía canadiense con el Quebec, para pactar las condiciones mínimas para celebrar una eventual consulta de autodeterminación en Catalunya.
“El conflicto con el Estado lleva demasiado tiempo bloqueado y solo seremos capaces de avanzar si identificamos propuestas nuevas. De aquí la propuesta catalana de acuerdo de claridad que empezamos a desplegar”, ha apuntado Aragonès.
El dirigente ha recordado que el Govern ha tenido que centrar sus esfuerzos en los últimos años en cuestiones trascendentales como la pandemia, el aumento del coste de la vida provocado por la invasión rusa de Ucrania o, recientemente, la sequía que azota a Catalunya, pero eso “no debe hacer olvidar el conflicto político que está pendiente de resolver, agravado por la represión existente”.
Es por ello que su intención es que este 2023 “sea el año del acuerdo de claridad”, con el que pretende sumar fuerzas en Catalunya mediante un gran acuerdo con agentes políticos, sociales, económicos, sindicales y culturales que sirva para fijar las condiciones concretas de ese referéndum, antes de pactarlo con el Estado.
HOJA DE RUTA
Aragonès y su equipo han diseñado así una hoja de ruta con diversas fases, pero dentro de un proceso “circular”, lo que se traduce en que será el Govern quien lo iniciará y lo culminará. El primer paso será en próximos días, cuando el Govern formulará una batería de preguntas (media docena) sobre “cuáles son los diversos mecanismos democráticos de resolución del conflicto”, que serán trasladadas a un grupo de académicos y expertos, que emitirá un primer informe público al respecto este mismo abril.
Tras las elecciones municipales de mayo, se iniciarán entonces los debates políticos (en el marco de la mesa de partidos), sectoriales (con entidades de la sociedad civil) y ciudadanos (ocho debates en otoño con distintos grupos focales representativos de la ciudadanía).
Y todo ello se recogerá en un informe final del consejo académico que, según fuentes del Govern, se contempla que esté listo a inicios de 2024 y que servirá para que el presidente de la Generalitat plantee al Gobierno del Estado esa propuesta catalana de referéndum de independencia, con el objetivo de poder pactar dicha consulta.
“Mi voluntad es que la propuesta final sea la propuesta que Catalunya pone sobre la mesa de negociación con el Gobierno del Estado. No solo una propuesta mía o del Govern, sino de país”, ha señalado, dejando claro que mantendrá esa propuesta “sea quien sea” el inquilino en la Moncloa, incluso si es un Gobierno del PP y Vox.
Precisamente la comparecencia de Aragonès ha coincidido hoy con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Catalunya, en una visita a las instalaciones de la farmacéutica biotecnológica Hipra, en Amer, (Girona) en la que no ha aceptado preguntas.
El president en el exilio Carles Puigdemont daba su impresión sobre el tema desde Twitter…
«La propuesta de acuerdo de claridad fue rechazada por el Parlament. Es indiscutible que carece del consenso necesario.
Las propuestas de referendo acordado con España han sido rechazadas cada vez que se han planteado. Ni disponiendo del poder para investir presidente de Gobierno español ha habido posibilidad alguna de que se acordara.
La ley del referendo y la declaración de independencia, en cambio, fueron aprobadas por mayoría absoluta.
Pero se sigue impulsando lo rechazado y se sigue ignorando lo aprobado; se siguen desoyendo todas las propuestas para explorar cómo seguimos el camino que decidimos emprender de forma legal y legítima, y se impone el camino partidista que no tiene consenso alguno, ni siquiera entre independentistas. Hablar de cómo continuar el camino no excluye que si alguien tiene una propuesta a plantear que crea que es útil —dígase investir a Pedro Sánchez, dígase ‘acuerdo de claridad’— la ponga sobre la mesa al resto de actores, y les convenza de la conveniencia. Los consensos son esto.
Quienes han aceptado el marco del independentismo constitucional no tienen legitimidad suficiente para deshacer el camino colectivo y arrastrar todo lo demás a una deriva que quizá trae beneficios personales y de partido, pero ninguno para Catalunya y los catalanes. Tienen todo el derecho y la legitimidad a intentarlo en solitario, pero no empruntando la fuerza del resto de actores. Esto no, de ninguna manera. Por ahora, esta fuerza no la tienen ni pueden disponer de ella.
Por el bien de la claridad, lo primero que debería pedirse antes de empezar ningún trabajo sería conocer el contenido de las conversaciones y de los acuerdos que ha habido entre los gobiernos español y catalán. Hay muchas preguntas que todavía no han sido respondidas; tanta opacidad no hace creíble la claridad que prometen, casualmente a seis semanas de las elecciones. Ni inspira ninguna confianza en las intenciones reales de la propuesta.
Y por último, tenemos derecho a preguntarnos si se quiere un acuerdo de claridad para volver a investir a Pedro Sánchez y tener gasolina por una nueva farsa de la mesa de diálogo. Porque los precedentes no nos hacen ser optimistas.»
La proposta d’acord de claredat va ser rebutjada pel Parlament. És indiscutible que no té el consens necessari.
Les propostes de referèndum acordat amb Espanya han estat rebutjades cada vegada que s’han plantejat. Ni disposant del poder per investir president de Govern espanyol…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) April 11, 2023