Ayer miércoles se conocía el contenido del Informe País por País, en el que la Agencia Tributaria desmenuza, aunque solo con el grado de concreción que impone la UE, los grandes números de la actividad económica y tributaria de las 126 multinacionales españolas que facturan más de 750 millones anuales y de sus casi 15.000 filiales.
Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam-Intermón es clara, «da la sensación de que siguen utilizando mucho las filiales en países de la UE para las operaciones intragrupo, es decir, para mover dinero y localizar beneficios donde más ventajoso les resulta», tal como indica Público en su web.
Esto se consigue, principalmente, por la combinación de dos herramientas: los tinglados societarios y las ventajas fiscales que algunos países de tributación low cost, a los que la timorata, o quizás cómplice, actitud de las autoridades comunitarias se resiste a calificar como ‘paraísos fiscales’. Así se promulga después la «Unidad de España», pero para estar de acuerdo en evadir impuestos.
Plan conocido como ‘elusión’ y diferenciada de la ‘evasión’ por practicarse dentro de los marcos legales estatales, consiste en utilizar lo primero para ubicar en los segundos la mayor parte posible de los beneficios de las compañías con el fin de reducir la factura fiscal. Marca España en estado puro, blanqueo a la evasión de los ‘patriotas’.