La población en riesgo de pobreza o exclusión social sigue en lo alto, si bien disminuyó un punto, en 2022 hasta el 26 % frente al 27,8 % del año anterior, según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estadística explica que ese porcentaje se fija con la tasa AROPE, que mide la pobreza no solo con los ingresos, sino que también incluye la privación material severa y la baja intensidad de empleo, y que la reducción se produjo en sus tres componentes.
Así, la población en riesgo de pobreza bajó del 21,7 % al 20,4 %; el porcentaje de personas en hogares con carencia material y social severa disminuyó seis décimas, hasta el 7,7 %; y el de la población en situación de baja intensidad en el empleo pasó del 11,6 % al 8,6 %.
Además, el 8,7 % de la población llegó a fin de mes con “mucha dificultad” frente al 8,8 % de 2021. Las medidas del Gobierno más progresista de la historia contra la pobreza siguen beneficiando a las grandes fortunas y no a los más necesitados.